En París, un hombre ante un imposible: Tommy Robredo, de 31 años, acaba de sortear hasta cuatro bolas de partido antes de prolongar su duelo con Gael Monfils a la quinta manga. Es, por tanto, la segunda ronda consecutiva que lleva el diálogo al set decisivo. La lógica invita a la capitulación ante un rival más joven y hambriento. Pero es el orgullo el que templa su raqueta. Porque a pesar de competir durante más de 3 horas y 45 minutos con el vocerío intimidante de la Suzanne Lenglen en favor del jugador local, es Robredo quien se tira al barro para celebrar la remontada (2-6, 6-7(5), 6-2, 7-6(3) y 6-2) y su pase para los octavos de final de Roland Garros por primera vez desde 2009. Un escenario que también compartirán Roger Federer (6-3, 6-4 y 7-5 a Julien Benneteau) y David Ferrer (6-1, 7-5 y 6-4 a Feliciano López), que nuevamente rompen moldes. El alicantino por sumar 100 partidos ganados en Grand Slams. El suizo, en cambio, por estar a una sola victoria de igualar el récord de 58 triunfos que comparten Nicola Pietrangeli y Guillermo Vilas en el grande tricolor. Gestas todas en un día de héroes.

Y es que tras el paso de la tormenta, la cual ha puesto patas arriba una edición del torneo que aún pena por su falta de cubierta, no hay bola que no suponga un martirio. La tierra sigue húmeda y las pelotas, más hinchadas, parecen de plomo. Así sufrió Rafael Nadal para sacar adelante (4-6, 6-3, 6-3 y 6-3) su encuentro con Martin Klizan, incapaz de darle dirección y altura a sus tiros. Y de este modo hizo frente Robredo a este día de perros. Desprovisto de un martillo en el brazo, el catalán mide los debates a quemarropa con pericia analítica. Sabe que a diferencia suya, Monfils es un pegador, un hombre esculpido con tiros primorosos. Por eso lleva la palabra a cada esquina, moviendo al francés en un baile agotador. Según va engordando el reloj lo hacen sus esfuerzos. Y el muro inexpugnable que sirvió para hacer suyo el duelo en el cuarto set (4-5 y 40-15 a favor) terminó diluyéndose entre carreras infinitas. Vacío en cuerpo y espíritu antes de afrontar un anodino quinto acto.

Ahora, Robredo tratará de alcanzar por quinta vez en su carrera los cuartos de final en el Bois de Boulogne frente a Nico Almagro. El murciano, que se deshizo por la vía rápida (7-6(1), 6-0 y 6-4) del italiano Andreas Seppi, continúa despejando su horizonte a punta de pistola. No sólo sirvió con fuego (19 aces y 86% de primeros ganados), también graduó su mirilla hasta el punto de duplicar su lista de latigazos ganadores (43) con respecto a sus errores no forzados (20). Puro control. Como el que exhibió Carla Suárez para derrotar (6-4 y 7-5) a la puertorriqueña Laura Puig. La canaria, que saldrá automáticamente de París con su mejor ránking histórico (actualmente ocupa el puesto número 20), se jugará un billete para estar entre las ocho mejores ante la italiana Sara Errani, actual finalista del torneo. Un hueso que bien podría ser una lanzadera. De ganar Suárez regresaría al mismo peldaño que pisó por primera vez en 2008 con apenas 19 años y llegando desde la ronda previa. El paso que necesita para codearse con la élite.

Sin premio para Verdasco

Por otro lado, la cara más amarga del día plomizo parisino la experimentó Fernando Verdasco. El madrileño estuvo a un paso de firmar una remontada memorable ante Janko Tipsarevic, aunque acabó sucumbiendo por 7-6(3), 6-1, 3-6, 5-7, 8-6 en más de cuatro horas y media de cruel batalla. Una hazaña que sí pudo culminar el estadounidense John Isner al voltear una situación crítica (5-7, 6-7(7), 6-3, 6-1, 8-6) con su compatriota Ryan Harrison. O el galo Gilles Simon, que lleva 14 mangas sobre las piernas en lo que va de semana tras vencer (2-6, 6-3, 2-6, 7-6(2) y 6-2) a Sam Querrey. Es el tributo a pagar por la supervivencia en el barro de Roland Garros: aquí no hay jornada que no se facturen las piernas.

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Sobre el autor
Adrián Peinado
Una alternativa al Periodismo de bar que colman la mayoría de los medios de comunicación de este país. Licenciado en Periodismo en la URJC en 2009 y en la agencia Europa Press desde ese año hasta finales de 2010.