Autoritariamente. Así se podría calificar la victoria de Milos Raonic en la mañana del jueves en el Principado sobre Tommy Robredo. El canadiense hizo lo que quiso y cuando quiso en un partido en el que Robredo no supo cómo ni por donde sobrepasarle. El catalán, todo un especialista en esta superficie, se vio sobrepasado por las poderosas derechas de Milos sobre su revés, las cuales le hicieron mucho daño en sus peores momentos del partido.

El encuentro en sí, empezó muy igualado. Robredo se mostraba inexpugnable al saque, al igual que el joven canadiense, ambos muy pasivos al resto y totalmente concentrados al saque para no permitir ni una mínima ventaja al rival. Un partido muy distinto a los que nos tenía acostumbrados Tommy, ya que con Goffin y Benneteau empezó concediendo al saque, en dos partidos con claros bailes de breaks.

Como decimos, todo llegó a la par, hasta que a Raonic le dio por meter la directa cuando el luminoso mostraba un peligroso 5-4 a su favor y se encontraba al resto. Robredo se mostró dubitativo al servicio por primera vez en el 'match', y el bueno de Milos no dejó pasar la oportunidad con un magnífico arreón de tenis que le colocó rápidamente 0-40. Tres bolas de break, y tres bolas de set para el canadiense, sellando el mismo a la segunda de sus oportunidades (6-4).

Robredo noqueado y Raonic aprovechándolo

La pérdida de ese primer set de manera tan fugaz, no le sentó ni mucho menos bien al español. Robredo deambulaba por la pista buscando una explicación a tal irrupción del tenista nacido en Podgorica. Mientras, Raonic jugaba y disfrutaba a sus anchas por la pista de raquetazo en raquetazo por la pista ante un Robredo que no era capaz ni de verlas venir.

Raonic avasalló con su tenis en el inicio del set a un aturdido Raonic

En este panorama, Raonic no pudo hacer otra cosa que despejar la situación, abriendo brecha también en este segundo parcial. Con un claro 0-3 en el tanteador, llegó lo que parecía la sentencia: Raonic restando con 0-40 a su favor y Robredo totalmente ido. Pero no, Tommy tiró de una de esas fases de épica de su tenis y salvó las tres bolas de rotura que tenían tintes de ser ''de partido'' y con mucho sufrimiento siguió remando a pesar de tener todo en contra (1-3).

A pesar de haber perdido una excelente oportunidad para finiquitar el encuentro, Raonic no bajó el nivel, sino que se concentró aun más en su saque, el cual incluso hacía rápida una pista tan lenta -y de arcilla- como la de Montecarlo. Robredo apenas podía restar y, de vez en cuando, soñar con un par de fallos seguidos de Raonic para devolverle el break. Pero, los sueños, sueños son.

Y el partido siguió, en lo poco que le quedaba, por los mismos cauces. Raonic inconmensurable al saque y Robredo sin nada que hacer. El canadiense cerró a la primera bola de partido que tuvo, dejándolo todo en un claro 6-4 y 6-3 a su favor en poco más de una hora. Un Raonic que dejó muy buenas sensaciones en una superficie que no es la suya, pero en la que ya está en los cuartos de final a la espera del vencedor del Wawrinka - Almagro.