El idilio de Rafael Nadal con la tierra batida es de esos que empiezan en la adolescencia y siguen juntos hasta la vejez. Nadal es el joven estudiante que se fija en la chica más atractiva del aula, esa chica de melena infinita para muchos inalcanzable. Muchos lo intentan, pero pocos lo consiguen. Y Rafa Nadal es de los pocos que lo logran.

El tenista balear sigue superándose día tras día, partido tras partido, torneo tras torneo. El mejor jugador de la historia sobre el polvo de ladrillo suma 8 títulos en Montecarlo, uno de sus torneos favoritos. Y es en el Principado de Mónaco donde ha alcanzado otro nuevo hito: la victoria 300 en tierra batida. El manacorí lidera la clasificación sobre el polvo de ladrillo, seguido de cerca por David Ferrer (268) y Tommy Robredo (237). Como punto anecdótico, muy lejos de Rafa están Roger Federer (191) y Novak Djokovic (132).

La víctima 300 de Rafa, Andreas Seppi

Para sumar un nuevo record, el balear tenía que jugar con autoridad, y lo logró. El tenista balear empezó mandando el encuentro. Si ayer empezó lento y dubitativo su encuentro ante Gabashvili, hoy salió avasallador a pista. Mucho más rápido de piernas y con golpes más profundos, Rafa empezó a dominar desde la primera bola. Ya en el primer juego consiguió el break a favor en su primera opción. Un despliegue físico enorme en un intercambio largo y una dejada sensacional, servían en bandeja el primer punto al español. Y Seppi ayudaba. El de Bolzano, mucho más efectivo en pistas rápidas que en tierra batida, no conseguía hacer daño al balear. Golpes suaves e inocentes que se encontraban con el obús del número uno mundial.

Se veía a un Rafa enérgico, eléctrico en sus movimientos. El balear se movía por la pista a su antojo. Seppi intentaba jugar de tú a tú al español en los intercambios, pero no aguantaba el ritmo del balear. Bolas altas tanto de drive como de revés, mareaban al italiano. El número dos transalpino tuvo su mejor oportunidad en el tercer juego. A dos puntos de anotarse el primer juego del encuentro, Rafa pisó el acelerador y remontó un juego adverso al resto.

Con doble break a favor y cuatro a cero en el marcador, Nadal bajó un poco el rendimiento y Seppi dio un paso al frente. El tenista español no jugaba tan profundo como al inicio del encuentro y el italiano se metía dentro de pista. Se adjudicó su saque sin grandes dificultades y en el sexto juego, cinco pelotas de rotura para el italiano. Pero Rafa sabe sufrir y revertir la situación. Es un guerrero que no entrega la espada. Sacó lo mejor de su juego para dar vuelta al juego más comprometido hasta el momento. Ganó confianza Rafa y acabó hundiendo a Seppi, que acabó hincando la rodilla en el suelo (6-1).

El segundo set siguió la misma tónica. Seppi herido, no conseguía levantar el vuelo. Rafa siguió con su recital de golpeos, especialmente con su drive, y caminando hacia la victoria sin dificultades. Con un break a favor y 4 a 2 para el español, la victoria parecía amarrada. Pero Seppi encontró su mejor juego y Rafa erró demasiado. El tenista de Bolzano recuperó el break en contra, pero fue un espejismo. Los errores volvieron a la raqueta del italiano y entregó el juego en el siguiente. Rafa, que bajó el pistón un momento, sentenció el encuentro en el siguiente turno de saque, cerrando el partido en dos sets (6-1 y 6-3)

Rafa sigue con hambre de títulos. Posee en sus vitrinas todos los trofeos habidos y por haber, pero el manacorí quiere más. No se conforma con lo conseguido. Su próximo objetivo, Dimitrov o Ferrer.