Tras una jornada de cuartos de final larga en Montecarlo, Novak Djokovic y Guillermo García-López se enfrentaban en el último turno de la Pista Central del Montecarlo Country Club por un puesto en las semifinales. El tenista serbio, que defiende título en el Principado de Mónaco, consiguió la victoria tras mucho sufrimiento, en un partido que se fue a las dos horas y once minutos (4-6, 6-3 y 6-1).

Inicio titubeante de Djokovic

El número dos del ranking mundial empezó el partido a medio gas. No acababa de encontrar el juego el serbio, superado por su rival. Guille, que venía de conseguir el título en Casablanca la semana pasada y de vencer a Tomas Berdych en la jornada de ayer, no se lo puso nada fácil. Muy sólido desde el fondo de pista, el español empezó dominando el encuentro. Mucho más rápido de piernas y golpeando más potente la pelota, el albaceteño se encontraba cómodo en la pista. Pronto se empezó a vislumbrar que el partido tendría un desgaste físico enorme. Ambos jugadores deleitaban al público con largos intercambios, en los que ninguno daba su brazo a torcer. En estas circunstancias, Novak siempre se veía favorecido, pero en esta ocasión, era el español el que se iba anotando los puntos a su favor.

En el segundo turno de saque para el serbio, los errores se hicieron más visibles. No estaba cómodo sobre la pista Djokovic, que con dos errores puso en bandeja el juego a su rival. Guille había conseguido lo que ni Montañés ni Carreño habían logrado: romper el saque del serbio. Pero esta ocasión era diferente. Se veía a un Novak irreconocible, poco contundente y guerrero. Muy lento de piernas y con golpes imprecisos, el serbio fue a remolque todo el set. El español conseguía imponer su juego. Un tenis guerrero, sin dar por perdida ninguna bola y golpeando fuerte y plano. Con estas, Guille consiguió quebrar nuevamente el servicio de Novak y situarse con 4 a 1 a favor, pero el serbio consiguió devolver la moneda en el siguiente juego. Pero la recuperación fue momentánea. Djokovic estaba siendo superado y era cuestión de tiempo que acabara cediendo el primer set. En el décimo juego del set, el de la Roda consiguió mantener su servicio -salvó una bola de break- para anotarse el primer parcial por 6 a 4.

Djokovic estaba siendo muy superado por Guille. El serbio, mucho más errático de lo habitual -más de 30 errores no forzados-, no encontraba su juego. Siempre iba a remolque el de Belgrado. Y en el inicio de la segunda manga, todo seguía igual. A pesar de ir parejos en el marcador y no ceder ninguno su servicio, la sensación que se palpaba era la de un Guillermo derrotando al serbio. Era el día propício para lograrlo. Novak no estaba siendo la fiera que normalmente se pasea por los torneos y el español estaba luciéndose sobre la tierra monegasca. Hasta el séptimo juego del set.

Djokovic despertó y arrasó

Ambos tenistas llegaban al final de la segunda manga igualados a tres. Estaba siendo un partido muy exigido físicamente y el serbio lo estaba notando. La gran mayoría de intercambios largos se los anotaba Guille, que estaba tocado por una varita. Pero en el séptimo juego y con saque el serbio, el español se colocó con dos bolas de rotura a favor. Siendo agresivo como a lo largo del encuentro, Guille se encontró ante la posibilidad de dar una estacada definitiva a su rival. Djokovic estaba prácticamente muerto tenísticamente, pero renació de sus cenizas para salvar las bolas de break y colocarse con 4 a 3A partir de ahí, el serbio empezó a entonarse. Lo que en el primer set eran bolas a la red o largas por muchos centímetros, en esta ocasión se convertían en winners. Y a ritmo de golpes ganadores Djokovic quebró el saque de Guillermo y afianzó su saque para igualar el encuentro a un set (4-6 y 6-3). 

Era el momento Novak, esos instantes de partido característicos del número dos mundial. Pocos son capaces de aguantar el ritmo del serbio una vez entonado. Y Guille tampoco pudo. Muy cansado físicamente el español, que no podía ante las envestidas del serbio. Novak se apoyó especialmente en su revés paralelo, golpe con el que consiguió más de ocho winners. En el último parcial Guillermo llegaba tarde a las bolas, pero las seguía metiendo en pista. Pero en esta ocasión estaba el serbio preparado con su raqueta para propinar un derechazo ganador. 

Tras más de dos horas de lucha entre dos gladiadores, Novak consiguió reponerse ante la adversidad y encontrar su mejor juego para acabar derrotando a Guille. Un tercer set perfecto del tenista de Belgrado que sentenció con un claro 6 a 1. Poco tiempo para descansar de esta dura batalla tendrá el serbio, que se enfrentará en la jornada de mañana a Roger Federer por un puesto en la final.