Era la quinta vez que estas dos jugadoras se veían las caras. Todas ellas con victoria para la jugadora china y en todos los encuentros sin ceder ningún set. La última ocasión fue en el Open de Estados Unidos en el año 2012.

El cielo, oscuro, estaba encapotado y, si el viento no lo impedía, la lluvia haría acto de presencia. Y así fue, cuando aún no se había acabado el tercer juego y no habían transcurrido 15 minutos de encuentro, el juez de silla suspendió el partido. El marcador reflejaba empate a uno y 40-30 para la australiana. Pero fueron cuatro gotas.

No habían transcurrido ni cinco minutos cuando las jugadoras volvieron a saltar a la pista. Sin calentamiento previo, pues no había transcurrido la media hora reglamentaria necesaria para volver a calentar, las tenistas reanudaron el partido. El paso breve por los vestuarios afectó en mayor medida a la australiana, que cedió en dos ocasiones su servicio a favor de la jugadora china. El marcador reflejaba tras 30 minutos de partido un 5-1 muy alentador para Li. Sacaba la australiana para recortar distancias, pero, de nuevo, Li volvió a romper el saque de su rival para sellar el primer set por 6-1

Una de las claves de la primera manga fue el 94% de primeros servicios de la jugadora china

El viento aparecía tras el paso de las nubes y eliminaba parte de la tierra que había en la pista. Además, hacía muy complicado jugar porque movía mucho la bola. Las jugadoras tenían que taparse los ojos para que no le entrara el polvo de ladrillo. El partido se convertía en un encuentro de ida y vuelta sin muchos peloteos. Las jugadoras intentaban colocar la bola dentro como podían.

El segundo parcial empezaba de la misma manera que el primero, manteniendo las jugadoras su servicio, pero, esta vez, la rotura a favor de Na Li llegó en el cuarto juego. Tras consolidar la rotura, el marcador reflejaba  4-1. De nuevo, el parón le afectó más a la australiana, Debido a las rachas tan fuertes que azotaban la pista, el juez árbitro paró el partido durante 4 minutos que no sabía qué hacer ante los ataques constantes de la china, que la movía de lado a lado, utilizando más su revés para abrir la pista. Tras esta rotura, las jugadoras mantenían su servicio, pero, en el octavo juego, cuando Li se disponía a cerrar el set y el partido por 6-3, Dellacqua rompía el saque de la jugadora china para intentar con su saque igualar la segunda manga. La asiática, más cómoda al resto, cerró el partido con un 6-4.

Un partido suspendido en dos ocasiones: la primera vez por la lluvia y la segunda, por el viento. Momentos en que era imposible practicar el juego, donde los parones entre punto y punto se hacían mucho más largos. Na Li sigue viva pese a las inclemencias meterológicas.