El tenis australiano está pasando por un momento difícil. El relevo generacional de grandes jugadores como Patrick Rafter, Mark Philipoussis o el aún activo Lleyton Hewitt parecía asegurado con la irrupción del joven talento Bernard Tomic. Pero cada año que pasa, la decepción por los malos resultados del joven aussie de ascendencia croata se hace más grande, sumiendo al tenis australiano en un papel netamente secundario. Y en Roland Garros 2014 se ha repetido la historia; tanto la vieja gloria como la joven promesa, han sido eliminados del torneo a las primeras de cambio, aunque de manera muy distinta.

Berlocq fue un muro ante Hewitt

Y es que por muy mayor que esté, Lleyton Hewitt siempre será un espectáculo en la pista. Con 31 años de edad y 15 al máximo nivel desde que ganara su primer título como profesional, el de Adelaida sigue erigiéndose en un ejemplo para todos los jóvenes que amen este deporte y quieran dedicarse a él. Un jugador con 60 Grand Slams a sus espaldas, que acude a todos los eventos con la misma ilusión que el primer día, y con una humildad y motivación inusitadas para competir con cualquier rival por muy difícil que sea. Y Carlos Berlocq es un rival muy complicado en tierra batida. El argentino, que se encuentra en el punto álgido de su carrera, se erigió en una muralla desde el fondo de pista que Hewitt solo pudo franquear durante el primer set con una frescura de piernas que le permitía flotar sobre la pista e irse a la red continuamente a cerrar los puntos, en lo que fue una batalla tenística de alto vuelo, de dos jugadores de garra y coraje que se batían a tumba abierta en una pista 7 abarrotada de entusiasmado público.

Hewitt lo intentó de todas las maneras, pero Berlocq no aflojaba.

Los famosos "Come on" de Hewitt parecían el anticipo de una machada del australiano, pero el segundo y tercer set fue una auténtica exhibición táctica de Berlocq, que tejió una maraña de tenis de fondo de pista en la que Lleyton se vio atrapado, combinando eternas defensas con reveses paralelos que desarbolaban los esquemas del de Adelaida. El australiano intentó sacudirse en el último set, más con corazón que con cabeza, ofreciendo de nuevo un espectáculo digno de admiración, pero Berlocq se rehízo y pudo cerrar el partido en cuatro sets.

Se va Hewitt de París con la seguridad de haberse dejado todo en la pista, y deja a los aficionados con las ganas de seguir viéndole jugar muchos más partidos. Roland Garros 2014 era el 60 Grand Slam que disputaba en su carrera, y ojalá no sea el último, ya que Hewitt tiene todavía mucho que dar al tenis, incluso con derrotas como las de hoy.

Un pasivo Tomic cede ante Gasquet

Bernard Tomic no acaba de despegar.

Una sensación opuesta deja el díscolo Bernard Tomic. 21 años contemplan a este joven prodigio técnico, capaz de hacer cosas inverosímiles y al alcance de muy pocos en una pista. Pero, por desgracia, no suele desplegar ni un pequeño porcentaje del tenis que tiene en su raqueta. Encuadrado frente a un Richard Gasquet que no está en plenitud de condiciones físicas, parecía la oportunidad para que Tomic se creciera en un ambiente hostil y una gran pista como la Suzanne Lenglen. Pero nada más lejos de la realidad. Las grandes expectativas puestas en este encuentro, tardaron en diluirse apenas media hora, tiempo que le bastó al francés para imponerse 6-2 en la primera manga. Con 24 errores no forzados en dos sets, y una apatía galopante en sus desplazamientos por la pista, Tomic dinamitó sus opciones ante un Gasquet que no desaprovecharía la oportunidad de resolver el partido por la vía rápida, contrarrestando el amago de reacción del australiano en el tercer set.

Ambos han caído derrotados en primera ronda, pero en la retina de los grandes aficionados quedará la constante lucha y humildad de un ex-número 1 del mundo y ganador de dos Grand Slams, a quién no se le caen los anillos por batirse el cobre en una pista exterior del complejo de Roland Garros. Por el otro lado, el que era la mayor esperanza australiana no ha sido capaz de demostrar ni una pequeña porción de las cualidades que ostenta y que ha mostrado con cuentagotas. A veces, el tenis cuando más enseña es en la derrota, y Tomic tiene mucho que aprender si quiere llegar a ser el gran jugador con el que todo aficionado sueña.