El penúltimo partido programado en la segunda pista por importancia en Roland Garros enfrentaba al escocés Andy Murray y al jugador de origen y pasaporte Kazajo Golubev, los cuales solo se habían enfrentado en una ocasión, en el año 2008 y con victoria para el jugador inglés.

El exnúmero 2 del mundo salió muy metido en la pista repartiendo con su revés e incordiando mucho a su rival que en ningún momento encontró como hacerle daño a su rival. Hasta en 3 ocasiones rompió el jugador inglés el saque de su rival para acabar cerrando la primera manga por 6-1, gracias también a los 11 errores del Kazajo, y a los 7 puntos ganadores.

El segundo set, mucho más igualado donde el saque fue la gran cantidad de errores no forzados que entre ambos cosecharon. Nada más y nada menos, que 28. Los peloteos no eran largos, ya que tras 4 o 5 devoluciones el error propiciaba que el punto subiera al marcador. Pese a romperse en dos ocasiones el servicio, se llegó al final de la segunda manga con un marcador muy ajustado. 4-4. Murray supo mantener su servicio y romper para acabar sellando la segunda manga por 6-4 en 39 minutos.

Murray solo consiguió en 40 minutos de set, 2 puntos ganadores.

En el tercer set, Murray bajó los brazos sobremanera, dando la oportunidad a su rival de entrar en pista, coger confianza y empezar a cosechar puntos ganadores que acabarían otorgándole el set y forzar la cuarta manga. 6-3 para el Kazajo en 45 minutos en un set donde los jugadores se rompieron hasta en 5 ocasiones el servicio.

El último set Murray no dio opción a su rival, rompiendo desde el inicio el saque de su rival. Solo quedaba mantener el suyo para sellar el pase a la siguiente ronda. Tras no dar ninguna opción a su rival para romper el servicio y tras 37 minutos de duración, el escocés cerró el set y el partido por 6-3. En la siguiente ronda se verá las caras con Marinko Matosevic.

Así el jugador escocés con más pena que gloria accedió a la segunda ronda. El partido aburrido por momentos debido a la pasividad de Murray y al no ataque y garra de Golubev hizo que no fuera ni mucho menos el partido que vimos hace dos semanas contra el español Rafael Nadal.