La transición al césped no le ha sentado nada bien al nueve veces campeón de Roland Garros. Rafael Nadal, que apenas veinticuatro horas después de la final de París se entrenaba ya en tierras alemanas, sigue cosechando malos resultados en Halle, donde acumula un triste balance: 1-3. En esta ocasión, la superficie o el cansancio quedaron en un segundo plano. Y es que su rival, Dustin Brown, presente gracias a una Wild Card, se encargó de ofrecer un recital de juego ante un asombrado público, que pese a la eliminación del número uno disfrutó a lo grande. El alemán, en 59 minutos, cerró (6-4 y 6-1) lo que sin duda fue la gran sorpresa de la jornada. Y lo que también supuso la derrota más amplia del español desde el 6-3 y 6-0 que le propició Federer en la Copa de Maestros (2011).

La “poca complejidad” de su rival hacían que el encuentro no peligrara en exceso para Nadal. Pero la superficie, y sobre todo el escaso tiempo de adaptación, sí que parecían ser obstáculos para el español.  Pero el mayor escoyo terminó siendo Brown. El americano comenzó realmente fuerte con su servicio, y sin dejar apenas opciones al balear. Al resto, demostraba una y otra vez la situación de su partido: mucho que ganar, y poco que perder. Dustin atacaba a cada resto de Rafa, impidiendo que este entrara en ritmo.

Esto, unido a las constantes subidas a la red, reflejaba a un tenista kamikaze, que no obstante era sabedor de que era el mejor guión para lograr la victoria. Lo ejecutó perfectamente. Cuando llegó el momento decisivo de la primera manga, con 4-4 en el marcador, tampoco se amilanó el alemán. Siguió a lo suyo. Puntos de tres o cuatro golpes como máximo, que desesperaban a Nadal. Y dio con la fórmula. Y es que, al resto, a la quinta opción de break, el balear estrelló en la red una derecha, propiciando la alegría de Brown.

En el segundo acto Dustin se encargaría de contradecir a aquellos que pudieran pensar que tan solo había sido un espejismo o un golpe de fortuna ante un Nadal que ahora echaría el resto. Y lo hizo siendo fiel a su estrategia. Abrió el set rompiendo el servicio de su rival en blanco, y lo amplió hasta el 5-0, donde Rafa pudo “desquitarse” sellando un juego. Para entonces ya no había ilusiones de posibles remontadas. Sólo Dustin dominaba en la pista. Y acabó igual que empezó, sin ninguna duda o nervio. Certificó su triunfo (6-4 y 6-1) alcanzando los cuartos de final de Halle, donde se medirá al tenista local Philippe Kohlschreiber.