Después de un cómodo estreno ante Golubev, Novak Djokovic se ha tenido que poner el mono de trabajo para superar a Radek Stepanek. La veteranía, y las condiciones del encuentro, sobre hierba, en un partido intenso y lleno de emociones, acrecentaron las opciones del checo. Peleón, y sin complejo de inferioridad, puso en enormes apuros al serbio, que no obstante mantuvo la confianza en su tenis para terminar imponiéndose (6-4, 6-3, 6-7 y 7-6). En la tercera ronda de Wimbledon, el primer cabeza de serie se medirá a Gilles Simon.

Djokovic, ligeramente superior

Sus treinta y cinco años no suponen ningún impedimento a la hora de reflejar sobre la pista la enorme clase que atesora. Y es que Stepanek fue capaz de mantenerle el pulso a Djokovic en la primera manga. Incluso logró ponerle en serios apuros al serbio. Cada uno jugó sus bazas desde el inicio. El primer cabeza de serie dominaba desde el fondo de la pista con el saque, pero era incapaz de inquietar al resto al checo, que se agarraba a la red continuamente, donde su juego se mostraba imparable. Realmente Stepanek se encargó de dar una lección de voleas de todo tipo, que le permitían solventar con cierta seguridad cada servicio. La desigualdad se deshizo en el desenlace del parcial. Con cuatro iguales, Radek desaprovechó dos opciones de break, y lo acabó pagando posteriormente, cuando Novak, con un resto ganador de revés, aprovechó su tercera opción de set.

En el segundo acto la única diferencia destacable fue la mejora significativa de Djokovic. Con la confianza que le proporcionó apuntarse una primera manga complicada, el serbio se hizo fuerte al servicio, y no cedió ni una sola opción al “gusano”. El número dos del mundo pareció encontrar la fórmula para superar a su rival en la red. Y lo aprovechó en el sexto juego para abrir brecha (4-2). Pese a que Stepanek no cesó en su lucha y alargó la resolución, el resultado no cambió y el de Belgrado se apuntó la segunda manga por 6-3.

Dos desempates llenos de emoción

Con todo en contra, el checo siguió negándose a regalar el triunfo a su contrincante. Continuó constante, sin perderle la cara al partido, y obtuvo su recompensa. Alcanzando un nivel similar al de la primera manga, mejorando considerablemente en el fondo de la pista, el checo logró pelear y mantener todos sus servicios provocando el desempate. La sensación de igualdad máxima parecía desvanecerse en el tiebreak, donde Djokovic llegó a gozar de una clara ventaja (5-2). No obstante, el trabajo y la presión que ejercía Radek en cada punto, influyó en Nole, que con más errores de los habituales, terminó cediendo la tercera manga ante la enorme expectación de la grada de la pista central del All England Club.

El cuarto acto convirtió el partido en una batalla épica. Cada golpe, cada punto, era celebrado de forma especial. Ambos tenistas siguieron valiéndose de sus servicios (75% de puntos ganados con el primer saque), haciendo imposibles las opciones al resto. Tan solo con 5-5 Stepanek dispuso de una opción de break, que Djokovic solventó con un gran passing. De nuevo el desempate se hizo inevitable. Y la resolución, fue el vivo resumen del encuentro. Bola de Novak que toca la línea, y el checo, de rodillas y con las manos juntas como si estuviera rezando, solicita el ojo de halcón, que le niega la razón.