Para un país como Chile, en pleno desarrollo económico y social y que se está erigiendo en un lugar de oportunidades y retos de cara al futuro, contar un evento deportivo de magnitud mundial como es un torneo ATP 250, se considera clave, tanto a nivel turístico y comercial, como a nivel deportivo. Y es que el tenis chileno ha tenido representantes de muy alto nivel, como Marcelo Ríos, Fernando González y el campeón olímpico en 2004 en categoría individual, Nicolás Massú. Sin embargo, ninguno de estos argumentos ha hecho posible la continuidad del torneo de Viña del Mar de cara al año 2015.

A las 9:00 hora chilena (15:00 hora peninsular) salía a la luz la triste noticia. Ya no se verá más tenis al albor de las aguas del Pacífico que bañan esta cosmopolita ciudad de Chile. Los hermanos Fillol, responsables del torneo, declararon lo siguiente: "No hemos obtenido respuesta del Gobierno ni de nadie. Nadie nos ha tendido la mano. El país se quedó dormido y nos ganaron el torneo. Ante la indecisión de mantenerlo aquí, Octagon estaba en su derecho de moverlo”. 

Es sorprendente y alarmante la poca implicación del Gobierno chileno en esta cuestión. Resulta preciso recordar que hace apenas unos meses, Michelle Bachelet se convirtió en presidenta de la nación, y ha tenido que hacer frente a tragedias como el tsunami de Concepción y el incendio de Valparaíso. Tras la celebración del torneo de Viña del Mar en 2014 con gran éxito en lo que se refiere a público y nivel de tenis (Fognini fue el vencedor), resulta sorprendente esta aparente apatía por parte de los estamentos públicos. Aunque desde el Ministerio de Deportes se señala que siguen manteniéndose conversaciones, parece que la decisión está tomada, y que la empresa que gestiona el evento, trasladará el mismo a la ciudad de Quito, capital de Ecuador.

Un torneo con mucha historia

Rafa Nadal fue finalista en 2013, tras una larga lesión

Atrás quedan los épicos encuentros de Fernando González (cuatro veces ganador) sobre el polvo de ladrillo en el que se ha disputado siempre el torneo, así como las tres derrotas consecutivas en la final del ídolo local Marcelo Ríos, en 1995, 1996 y 1997 o las victorias de grandes jugadores como Gustavo Kuerten o Gastón Gaudio. El tenis español ha estado muy presente a lo largo de la historia del torneo, habiendo sido ganadores del mismo Alberto Berasategui (1994), Julián Alonso (1997), Francisco Clavet (1998), David Sánchez Muñoz (2003) y Tommy Robredo (2011). Aunque si por algo saltó el torneo de Viña del Mar a las primeras pantallas de todo el mundo y, en especial de España, fue por ser el lugar escogido por Rafael Nadal para regresar a las pistas tras su ausencia más prolongada en el circuito por lesión, de más de 7 meses. Sin embargo, el manacorí no pudo inscribir su nombre en letras de oro como ganador, al ser derrotado por Horacio Zeballos en la final de 2013.