Parecía imposible en un evento de este calibre. Como si de antaño se tratara, los jueces de silla cantan a gritos los puntos. No, no estamos en los años 60. Estamos en el Premier 5 de Montreal. Un corte de luz en más de 160.000 hogares dejaba sin electricidad a las instalaciones del Uniprix Stadium de Montreal a primera hora de la tarde. La sala de prensa, los stands de publicidad, los restaurantes y  las aplicaciones móviles de medio mundo dejaban de funcionar.  

El caos reinaba en el verano canadiense. Nadie podía informar desde Montreal de lo que estaba ocurriendo. El encuento entre Venus Williams y Pavlyuchenkova proseguía con un Félix Torralba cantando los puntos de viva voz, sin poder hacer uso de las tabletas marcador. Los cortes de electricidad eran reiterados y, por momentos, parecía volver la estabilidad cuando de nuevo había desorden.

La situación quedaba nomalizada en torno a las 17:30 horas de la tarde -hora local-, cuando la organización del torneo hacía oficial mediante su perfil en la red social Twitter que se estaban transportando generadores eléctricos rumbo a las instalaciones para continuar con la jornada nocturn. Pero para ello, debían retardar el inicio de la misma una hora. Así pues, el partido entre la local Bouchard y la americana Rogers empezó a las 19 horas en lugar de las 18 como estaba previsto de inicio.

Como si se tratara de un WTA 125K o incluso un torneo amateur, Montreal sufrió en sus carnes cómo un corte de electricidad puede afectar de manera trascendental al desarrollo de la competición; quedando los partidos sin cobertura televisiva - como fue el caso del Suárez-Jovanovski-  sin información para el resto del planeta, sumido en la más pura clandestinidad e intimidad de la pista. Cosas del tenis.