La lucha encarnizada que se desata en todos los Grand Slam por entrar en la tan ansiada segunda semana, tuvo como protagonistas a tres tenistas españoles en la jornada del sábado. El resultado fue muy distinto, y no sólo el que se reflejaba en el marcador, sino el que hace referencia a la actitud, a las sensaciones transmitidas en la pista; y es que una derrota siempre es una derrota, pero en un deporte como el tenis, perder de una u otra manera puede condicionar mucho psicológicamente para citas venideras. La victoria de Robredo puso color en el mar de oscuridad en el que se había sumido el aficionado español tras ver el desmoronamiento de Carla Suárez, mientras que Pablo Carreño sorprendió con un gran juego y no estuvo lejos de arrebatarle un set a un gran Tsonga.
Robredo impone su ley
La regularidad de Robredo desgastó mentalmente a Kyrgios
No es el más alto, el más potente, no tiene facilidad para conectar golpes ganadores, su revés es débil, no ostenta un gran saque...pero sabe competir. Tommy Robredo se erige en un rival temible para cualquier jugador. Su capacidad competitiva, su actitud siempre dispuesta a correr por cada bola sea cual sea la situación, la inteligencia táctica que ostenta y su polivalencia, le están devolviendo el nivel con el que se convirtiera en número 5 del mundo en la pasada década. Nick Kyrgios fue su víctima en la tercera ronda. El joven aussie transmitió muy buenas sensaciones, practicando un juego alegre y descarado, con unas estadísticas que no hacen pensar que pudiera perder el partido: 20 aces, 56 golpes ganadores por 47 errores no forzados, 81% de puntos ganados con primer saque. Sin embargo, el gerundense fue domando a la fiera poco a poco. Tommy se vio avasallado por el ímpetu inicial de Kyrgios, en un primer set en el que le rompió el saque en dos ocasiones. Robredo acató la situación, sabiendo en su fuera interno que el tenis de Kyrgios tiende a tener el "efecto gaseosa". Y así fue. Tras este primer set, comenzaron a caer los errores del lado del australiano con más frecuencias que los golpes ganadores.
Con un set iguales, la clave del encuentro se produjo en el tercero. Con ambos contendientes dando lo mejor de sí, y sin conceder ni una sola bola de break, el set y casi el encuentro, se decidieron en un tiebreak que Robredo manejó a la perfección, haciendo valer su notoria experiencia. Fue demasiado para el australiano, que vio erigirse del otro de pista un muro tenístico y psicológico, en el que no veía ni una rendija por la que colarse. Kyrgios se mantuvo en el cuarto set a base de saquetazos, pero no inquietó el servicio de Robredo en ningún momento. El de Hostalrich tuvo una oportunidad de break y la aprovechó. 6-3 en el cuarto parcial y a la ducha. El resultado final fue de 3-6 6-3 7-6 (4) 6-3. En la edición de 2013 venció a Federer en octavos de final, ronda en la que este año se enfrentará a su compatriota Stan Wawrinka.
Dos derrotas con sensaciones diferentes
Un break en cada set decantaron la balanza del lado del francés
Pablo Carreño-Busta dio un paso más en su proceso de maduración como jugador de tenis. Y fue uno de los pasos en los que más puede aprender, como es una derrota ante uno de los mejores jugadores del mundo. Jo Wilfried Tsonga tuvo que desplegar su mejor tenis para derrotar al español. El primer juego del encuentro fue muy significativo. Hasta diez situaciones de Deuce tuvo que afrontar al saque Carreño, para a la postre ceder el primer break del encuentro. A partir de ahí, el nivel de tenis de ambos fue muy parejo, teniendo Carreño una bola de break que el francés salvó con un gran saque. Esta historia se puede aplicar a cada uno de los tres sets jugados. El juego del español fue magnífico, y cedió su saque en tres ocasiones únicamente, una por cada set. Las cinco bolas de break restantes que tuvo el gijonense, Tsonga las jugó siempre con primer saque y sin dar ninguna opción al español. 6-4 6-4 6-4 y nada que reprochar a un Carreño que ha de irse contento y viéndose cada vez más cerca de la élite mundial.
Contrapuestas son las sensaciones que deja Carla Suárez. La española no se sintió cómoda sobre la pista en ningún momento. A pesar de ello, llegó a estar 5-3 arriba en el primer parcial, y ahí se produjo su total desmoronamiento. 10 juegos consecutivos para la estonia Kanepi, que vio como su rival no era capaz de desplegar el tenis que acostumbra, ni parecía tener la capacidad física ni moral para reconducir el encuentro. Así lo confirmó Carla Suárez en unas declaraciones muy autocríticas nada más terminar el encuentro:
“Hacía tiempo que no me sentía así”. “
Sin representación femenina en el cuadro individual, el tenis español estará representado en un partido de dobles muy apetecible de ver, como es el que medirá a Garbiñe Muguruza y Carla Suárez frente a las hermanas Williams. Dicho encuentro se disputará en la jornada del domingo, al igual que los encuentros de Feliciano López contra Dominiq Thiem, David Ferrer ante Gilles Simon, Roberto Bautista frente a Adrian Mannarino y Marcel Granollers contra Roger Federer.