La veterana contra la novel. La consagrada contra la aspirante. Dos contendientes y una sola vencedora, la que podrá disfrutar del privilegio de estar en la final del último Grand Slam de 2014. Serena Williams y Ekaterina Makarova disputarán en Nueva York una lucha a la sombra de los rascacielos de la ‘Gran Manzana’. Un pulso por ver quién de las dos tumba el brazo de la contraria. Un duelo bajo la atenta mirada de 22.500 testigos que corearán el nombre de su elegida como si les fuera la vida en ello.

Y es que las dos se merecen tanto o más estar en la final del último ‘Major’ del curso. Una -Serena- por la enorme trayectoria y legado a sus espaldas; otra -Makarova- por haber sido capaz de desafiar a la adversidad saliendo ilesa de lo aparentemente improbable años atrás. Entre las cuatro últimas mujeres del cuadro, sólo dos tienen cabida en un status que últimamente ya no sólo está reservado a las jugadoras con nombradía. Cilbulkova en Melbourne, Halep en París, Bouchard en Londres… A Nueva York no le queda una sola tenista que repita este año tanto en el puesto de ganadora como en el de finalista y ello, es por algo. La ‘metamorfosis’ WTA está a la vuelta de la esquina y bien lo saben tenistas como Sharapova, Kvitova o Radwanska. En Queens se demostró. Krunic, Bencic, Lucic-Baroni y Peng son ejemplos de ese cambio generacional que cada vez está más cerca.

Makarova ha alcanzado  este año su mejor posición en el ranking (18)

Pero a caballo entre las experimentadas y las candidatas a todo, se cuela Ekaterina Makarova. La rusa, que nunca se ha visto en la tesitura de luchar por una plaza en la final de un ‘Grande’, ya sabe lo que es dejar en la cuneta a las más diestras en esto del deporte de la raqueta. El mismo escenario un año atrás la veía apear a la polaca Radwanska y no contenta, derrotaba ya en la actual edición, a Bouchard y a la presente finalista en el cemento neoyorquino, Victoria Azarenka. Makarova, apoyada en una movilidad expedita y en un revés que desata pasiones cuando es certero, se abre hueco en un 2014 pletórico para ella en el que ha conseguido su mejor puesto en el ranking WTA -18-.

La rusa ha ido progresando desde que alcanzara los cuartos de final en Eastbourne

Sin embargo, lo visto en Nueva York podría ser previsible. Desde Eastbourne su progreso ha sido gradual y eficiente sobre todo en pista dura. Si en Inglaterra alcanzaba los cuartos de final tanto en el césped del evento Premier, como ya en el All England Club, el viaje al otro lado del “charco” la hizo, aún si cabe, mejorar. Avisó con las semifinales en Washington y culminó alcanzando la misma ronda en el Premier 5 de Montreal, donde ya se atrevió a ‘alzarle’ la voz a Petra Kvitova -quien se tomaría la revancha dos semanas después en New Haven-. Ahora, enfrente tiene una rival a la que ya batió hace un año a comienzos de temporada en un Grand Slam sobre cemento. El Melbourne Park fue el marco donde Makarova le asestó un 6-2 y 6-3 a Serena Williams. Sin embargo, el contexto en Nueva York parece ser distinto.

Serena Williams lleva si perder un encuentro en Nueva York desde que cayera en la final de 2011 frente a Stosur

Sobre la Ashe, Serena Williams es una tenista que no entiende de imposibles. 78-9 es el bagaje de victorias cuando la número uno arma su brazo para prestar batalla en el 'Major’ americano. 19 partidos ganados de manera consecutiva desde la última final que perdiera en 2011 ante Stosur y cinco títulos a sus espaldas parecen ser cifras que puedan hacer achantarse a la fría tenista moscovita. Y es que frente a Makarova, Serena disputará la que será su 33ª semifinal de Grand Slam (6ª consecutiva en el US Open), tan sólo habiendo perdido tres en su carrera y una de ellas, sobre el tapete azul de la Ashe en el año 2009 frente a la belga Clijsters. Como meta, levantar su 18º Grand Slam e igualar a Chris Evert -con quien empataría a 6 entorchados- y Martina Navratilova en número de ‘Grandes’. En la recámara, cinco trofeos este año siendo cuatro de ellos sobre cemento (Brisbane, Miami, Stanford y Cincinnati). Como dato curioso, nunca un enfrentamiento entre ellas se resolvió en tres sets.

La ciudad de los rascacielos dictará sentencia para una de ellas. Serena o Makarova, Makarova o Serena. La que gane el pulso estará a tan sólo un paso de rozar la gloria.