Discreto, silencioso, honrado, y competitivo. Son cuatro de los principios básicos de todo buen samurai, y Kei Nishikori está trasladándolos a una pistas de tenis durante este US Open. No es excesivamente alto (1,78), ni especialmente carismático en la pista; tampoco ostenta un golpe definitivo y definitorio, pero cuando está en plenas condiciones físicas, el japonés es capaz de todo. Este será el último obstáculo que tendrá que superar el serbio Novak Djokovic antes de afrontar por sexta vez en su carrera tenística una final del US Open. El de Belgrado ostenta la vitola de favorito, y se da por hecha la final soñada entre Federer y Djokovic, pero Nishikori donde más cómodo se encuentra es en la sombra, discreto y dispuesto a asestar un golpe mortal. Un samurai amenazada el reinado balcánico.

Primera aparición en semifinales de Grand Slam del japonés

Una lesión sacó de la senda victoriosa a Nishikori hace unos meses

Con 25 años, el japonés Kei Nishikori está decidido a que este 2014 sea el mejor de su carrera hasta el momento, y el inicio de un camino triunfal que le haga convertirse en un jugador referencia, y no solo en una alternativa a los favoritos. Cuando parecía haber alcanzado su mejor momento, encadenando el torneo del Conde de Godó con una final del Masters 1000 en la que dominaba al mismísimo Rafael Nadal, el japonés sufrió una recaída de la lesión de espalda que arrastraba desde el Masters 1000 de Miami. El nipón ha vagado por las pistas durante esos meses, aún sin recuperarse, y encontrando solo un poco de alivio en la mullida superficie de hierba, donde hizo semifinales en Halle y alcanzó los octavos de final en Wimbledon, perdiendo ante Federer y Raonic, respectivamente.

Michael Chang entrena a Nishikori, formando una dupla representativa de la rebelión del tenis oriental

Pero Nishikori no mostraba la misma agresividad y contundencia en sus golpes que en meses anteriores. Entrenado por Brad Gilbert en su etapa más precoz, y siendo asesorado actualmente por el chino Michael Chang, Nishikori ostenta un amplio abanico de golpes en los que no se aprecia fisura alguna. Hace unos años, se acusaba al nipón de que sus golpes no eran suficientemente incisivos, pero la potencia de los mismos ha incrementado en los últimos años, sin que ello haya mermado la paciencia y actitud calmada de la que hace gala el japonés sobre la pista. La asociación entre Chang-Nishikori parece haber mejorado notablemente los desplazamientos defensivos del japonés así como su fortaleza mental, preparando para el asalto al Top5. El tenis oriental está llevando a cabo una revolución por medio del binomio formado por su máximo exponente histórico y el mejor jugador del momento y con más opciones de futuro.

Nishikori y Chang, una pareja poderosa. (Foto: GettyImages)

El japonés viene de ganar en cinco sets a Raonic y Wawrinka

Wayne Odesnik, Pablo Andújar, Leonardo Mayer, Milos Raonic y Stan Wawrinka han sido los jugadores que han hincado la rodilla ante la superioridad del nipón. Especialmente destacables son las dos últimas victorias, ambas en cinco sets. Frente al canadiense, Nishikori disputó uno de los partidos que más tarde acabó en toda la historia del Us Open, alzando los brazos el japonés al cielo neoyorquino en señal de victoria cuando el reloj marcaba más de las 02:30 de la madrugada hora neoyorquina. Esto no fue problema para que el nipón apeara del torneo, de nuevo en un encuentro agónico, al suizo Wawrinka. En apenas 40 horas, Nishikori jugó dos encuentros a cinco sets. Quizá pueda ser ésta una excesiva carga para afrontar con la frescura necesaria el partido de semifinales ante Djokovic.

Djokovic impondrá el ritmo del encuentro

Novak solo ha perdido un set en todo el torneo

El serbio cuenta con una aparente ventaja física y psicológica. Física porque Nole solo ha perdido un set en los cinco partidos del torneo, y fue en cuartos de final ante Murray. Esto le ha involucrado en la dinámica más competitiva a un Djokovic que se mostró muy certero en los momentos culminantes del encuentro. Dejando atrás las dudas surgidas en Toronto y Cincinnati con sus postreras eliminaciones, Djokovic parece haber dejado atrás el torbellino emocional que supuso su matrimonio, y estar totalmente centrado en hacerse con su octavo Grand Slam y el que sería su segundo Us Open. Y es ésta experiencia en partidos de vital importancia lo que le dota a Djokovic de una ventaja psicológica respecto a su rival, poco habituado a estas rondas finales en Grand Slam, y que puede sentir cierto vértigo si el partido marcha igualado.

Djokovic celebra el pase a semifinales. (Foto: GettyImages)

El partido parece en manos de Djokovic. Si el serbio se muestra sólido de mente y rápido de piernas, se antoja complicado que Nishikori pueda desarbolar desde el fondo de pista a Nole. Poco habituado a las subidas a la red y al juego artificioso, Nishikori tendrá que variar la altura y la velocidad de la pelota, impidiendo que el de Belgrado golpee a la altura de la cintura. El japonés tendrá que intentar tomar la iniciativa y jugar con riesgo, ya que si se queda agazapado en el fondo de pista tiene todas las de perder. En todo caso, si Djokovic no muestra su mejor versión y el nipón toma confianza, el partido puede ofrecer un espectáculo de igualdad y peloteos largos e intensos.