Djokovic no fue Djokovic. Esta frase tan concisa se repitió en los torneos preparatorios del US Open, tanto en Toronto como en Cinccinnati, pero era trivializada su relevancia por el reciente casamiento del de Belgrado y por la confianza en que el balcánico recuperara su mejor juego en el US Open. Pareció que así era, pero en cuanto al otro lado de la pista Djokovic se encontró con un rival con acierto y determinación y que jugó a lo que quiso, el serbio no tuvo la fuerza física ni mental para remontar el encuentro. Bouchard y Ferrer fueron claras víctimas de golpes de calor durante el torneo, y Djokovic pareció verse afectado por las condiciones climáticas neoyorquinas en la jornada del sábado.

Djokovic, falto de intensidad y confianza

El revés paralelo de Nishikori martirizó a Nole

La carga emocional que acarrean una boda y una reciente paternidad han parecido distraer a un Djokovic que no muestra el hambre de victorias y el carácter al que acostumbra. Ante Nishikori solo se le vio gritar imponente en un tercer juego del tercer set que fue muy importante en el devenir del partido. Tras perderlo, el serbio se mantuvo apoyándose en su saque, pero era un jugador anodino, con problemas acusados de movilidad y que sufría mucho ante un golpe en el que si él es el maestro, Nishikori es su alumno aventajado: el revés paralelo. Es quizás el golpe más complejo en el tenis y, por ello, el más definitivo. El golpe plano, seco y profundo que practica el japonés en este lance desarboló los esquemas de ataque de un Djokovic falto de confianza.

El mejor golpe de Nishikori. (Foto: GettyImages)

Antes del torrente de emociones que supuso la tercera manga, Nishikori se había impuesto en el primer parcial con un 6-4 atípico, ya que no se vio muy presionado por Djokovic. Verse por delante en el marcador pareció desconcertar al japonés, que se tensó mucho y parecía desesperado ante una cierta mejoría en el juego del serbio. El segundo parcial finalizó con un contundente 6-1 para el serbio.

El tercer set demostró el mal momento de Djokovic

Nishikori gestionó los nervios y fue más constante

Y es aquí donde Nishikori dio el paso de niño a hombre, de alternativa a realidad. Se activó de piernas el nipón, se animó constantemente y no se amilanó ante el ímpetu de Djokovic. Eran los mejores compases del encuentro, y Djokovic no llevaba la iniciativa. El japonés comenzó a creérselo, a meter presión y, sobre todo, a martirizar con su golpe de revés paralelo. En un tiebreak repleto de nervios, cansancio, y molestias físicas, el caos imperó. Minibreaks por doquier por parte de ambos, y acumulación de errores no forzados. En este juego que parecía propicio para que el jugador más experto se alzara victorioso, el serbio dio muestras de debilidad física y mental, cediendo el tercer parcial.

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Nishikori da un gran paso para acceder a la Copa de Maestros

Será su primera final de Grand Slam

El último set fue un mero trámite. Break inicial para el nipón, aprovechando la confusión de un cariacontecido Djokovic, que no aprovechó ninguna de las tres bolas de break de las que dispuso y acabó cediendo con un segundo break en favor del samurai. Las estadísticas del encuentro no siempre reflejan el resultado y las sensaciones. Y es que Djokovic cometió 38 golpes ganadores por 37 del japonés, y cometió 35 errores no forzados por 34 de su contrincante. Sin embargo, la actitud y la movilidad del serbio distaron mucho de lo que acostumbra a mostrar. Esto no ha de restar mérito a la victoria de Nishikori, que supo gestionar los nervios que aparecen en estos partidos, y más en jugadores no habituados a estas rondas finales en Grand Slam. El nivel del nipón fue muy constante y sostenido, mostrándose realmente veloz y con una gran actitud en todo momento.

Será la primera final de un Major para Nishikori, que se consolida en la élite y se postula así como uno de los jugadores que podrían acudir a la Copa de Maestros de Londres, independientemente de lo que ocurra en la final. El nipón cayó en primera ronda en la edición de 2013 del US Open, por lo que acumulará una ingente capacidad de puntos. Sea quien sea su rival, habrá de mostrar su mejor juego para vencer a este silencioso, discreto, pero letal Nishikori.