La historia se rinde a Serena

“No podía haber acabado las cosas mejor. Es un placer para mí ganar aquí. Estoy muy emocionada”. Esas eran las palabras de Serena Williams aún inconsciente de lo que había hecho minutos antes cuando tumbada desde el suelo de la Ashe lloraba tras lograr su 18º Grand Slam. El número 18 no era un número cualquiera, la hacía entrar de lleno en la historia e igualar a dos tenistas como Evert y Navratilova. Por delante de ella, sólo Moody (19) Graff (22) y Margaret Court (24) una barrera, la de al menos 20 ‘Grandes’, que a día de hoy parece ser el próximo objetivo de una mujer que es de hierro forjado.

Serena ha ganado 21 encuentros de manera consecutiva en Nueva York desde que perdiera la final en 2011 ante Stosur

Siempre un paso por delante, Serena Williams ha sido capaz de todo. No hubo rival en esta edición del US Open que la arañara un solo set. Serena fue una apisonadora. 80 victorias por sólo nueve derrotas es el bagaje que deja tras su paso por el cuarto Grand Slam del año. 21 partidos ganados consecutivamente desde que perdiera su última final en 2011 ante Stosur; un total de seis títulos en Nueva York de ocho ocasiones de las que dispuso en las que tan solo en 2001 ante su hermana Venus y en 2011 ante la citada Stosur, no fue capaz de salir victoriosa del en el partido por el título. Ahora, la jugadora ‘yanqui’ pone la directa alzando su tercer ‘Major’ consecutivo en la ‘Gran Manzana’ quedándose a tan sólo uno de igualar la racha de Chris Evert en la década de los 70, cuando su compatriota se impusiera desde el año 1975 a 1978.

Pero lo que sí igualó Serena fue el récord también ostentado por Evert que la hace equipararse con ésta en el número de entorchados levantados en Flushing Meadows en la Era Open. Un total de seis (1999, 2002, 2008, 2012, 2013 y 2014), conseguidos en seis finales en las que en tan sólo dos de ellas (2012 y 2013) perdió un set para acabar finalmente ganando. Martina Hingis, Venus Williams, Jelena Jankovic, Victoria Azarenka -dos años consecutivos- y Caroline Wozniacki han sido las mujeres que la menor de las Williams ha dejado en la cuneta para ir haciendo historia; una historia que hoy llama a la puerta de una tenista que no ve límites.

A sus 32 años y con 63 títulos bajo el brazo (41 de ellos sobre cemento), sigue dominando el circuito femenino subida en el pedestal de la primera posición tanto en el ranking mundial (desde que lo asaltara en marzo de este año) como en la carrera hacia Singapur (logrado en esta edición del US Open). Con el de anoche, añade su sexto trofeo en el presente curso habiendo ganado cinco de ellos sobre cemento (Brisbane, Miami, Stanford, Cincinnati y US Open) y suma una unidad a las ya 677 victorias en su carrera deportiva.

Lejos queda ese febrero de 1999 cuando frente a Amélie Mauresmo en la moqueta parisina alzara su primer título WTA. 15 años después de esa gesta, Serena camina mirando al horizonte, un horizonte que no entiende de imposibles para ella donde la historia y el público se le rinden rezando para que esto nunca acabe.