Uno de los grandes encantos de la Copa Davis es que resulta una competición en la que suelen abundar las sorpresas, con jugadores que se crecen ante su público y sacan su mejor versión para derrotar a otros tenistas superiores en el ránking a ellos. Sin embargo, en Sao Paulo no hubo presión de la afición brasileño, no se percibió ninguna duda por parte de Bautista, y no tuvo Rogerio Dutra Silva ningún argumento de peso que pudiera enmascarar la notoria diferencia entre ambos contendientes. El 15 del mundo batió con facilidad al 201 del ránking ATP. Pronósticos cumplidos, el deber bien hecho y primera victoria en Copa Davis para un jugador que promete ser muy provechoso para el equipo español en el futuro.

Un partido sin historia

Superioridad manifiesta del español

Ausencia de espectadores en la pista de Sao Paulo. La mayoría de ellos colapsados en las carreteras de la ciudad brasileira o aún en sus puestos de trabajo, mientras un voluntarioso Dutra Silva se veía sin argumentos para vencer, o tan siquiera inquitar, al número 1 del equipo español. Machacando el revés a una mano del brasileño, Bautista fue un martirio para éste, jugando a una velocidad superior y dominando los puntos en todo momento. Sin ideas y sin apoyo del público, Dutra Silva se fue ahogando en su propia impotencia, y solo dio muestras de orgullo en los últimos compases del tercer parcial.

La sombra del triciclo llegó a rondar por la mente de los presentes, que percibían no sin cierto pudor el claro repaso del jugador español al brasileño. Bautista se relajó un poco y permitió que Dutra Silva finalizara el encuentro con la cabeza alta. Un encuentro sin historia, pero que pone la primera piedra para que España mantenga la categoría en el Grupo Mundial de la Copa Davis.