No fue un encuentro de alternativas, no fue un encuentro imprevisible. De nuevo, la 'dictadura' checa fue la imperante en un partido que dominó de principio a fin. 

Petra Kvitova festeja su puesto en el Torneo de 'Maestras' cuando el último resto de Bouchard se pierde por la línea de fondo. Después de una temporada que no comenzó de la mejor manera posible para la de Bilovec, hoy vuelve a sonreír. Tras lo logrado en Londres y New Haven, hoy en Wuhan volvió a dar síntomas de un regreso esperado. Por momentos rememoró a esa tenista que en 2011 se izó en lo más alto de la tabla y completó una temporada soñada. Tres años más tarde y tras cursos de altibajos, Petra vuelve a ser candidata a todo. 

Kvitova comenzó el encuentro a un ritmo muy alto

Salió a la pista con decisión, sabía lo que había en juego. La que ganara gozaría de la clasificación directa para las Finales WTA pero la checa lo tuvo mucho más presente que la joven canadiense. Con el primer break en el juego inicial dio el primer aviso. Los comienzos rápidos ante Bouchard la hacen dudar de su status, y Petra bien supo la táctica a emplear hoy. Como ya hiciera en Wimbledon, se aferró a su característico servicio y a la derecha potente y plana ya de inicio, para atacar a una Bouchard afincada en el fondo de pista, que fue incapaz de desplegar su abanico de golpes. Pronto el 6-3 ya lucía del lado de la campeona de Grand Slam. Fue entonces cuando la de Montréal sufrió en sus carnes una pequeña lesión en un dedo que hizo saltar algunas alarmas. No obstante, continuó en el partido pero sin la intensidad suficiente a causa del dolor en su articulación. Esto, fue muy bien leído por la número tres que se aprovechó de la situación y  estableció un rápido parcial de 5-2. 

Bouchard intentó reaccionar pero ya era tarde

Sin embargo, cuando parecía acabada y con una bola de campeonato al resto, Bouchard sacó su mejor versión para salvarse de la situación comprometida y romper al octavo juego (3-5). Acto seguido consolidó su saque y dejó la presión en campo contrario. Aprovechándose del descanso, Petra hizo bajar a su entrenador para que éste le recordara la fórmula infalible que aplicó en el encuentro: el buen servicio y la derecha plana paralela con mucha potencia. Dicho y hecho. Como si de una marioneta movida por los hilos se tratara, Kvitova puso las cartas sobre la mesa y acabó ganando la partida. 6-3 6-4 que le vale para lograr su tercer título en el presente cuso, el 14° en su carrera, asegurarse el tercer puesto en la tabla y clasificarse para Singapur. Un combo de cifras que la catapultan a la condición de favorita de cara a ese último gran evento del año. 

Bouchard por su parte, se aseguró la séptima plaza y el retorno tras dos meses a la deriva con resultados para nada convincentes después de su gesta en el All England Club. En Wuhan ofreció un gran nivel durante toda la semana y se metió en su tercera final del curso tan sólo habiendo cedido un set -ante Barthel-. Pekín será el enclave donde a buen seguro, la canadiense goce de la clasificación para un torneo que puede valer su consagración entre las mejores.