Final de temporada; las piernas pesan, la mente está saturada. Ni siquiera el reto de jugar la Copa de Maestros parece suponer un acicate para vencer esta fatiga acumulada. Este proceso se está dando en varios jugadores del circuito, y uno de ellos es Stan Wawrinka. El suizo está cuajando un último cuarto de temporada realmente malo. Tan solo la Copa Davis ha supuesto una alegría para el de Lausana, que transitó por los últimos torneos jugando a un nivel muy inferior al que mostrara meses atrás.

Wawrinka: fatigado mental y físicamente

El suizo no se mostró fuerte mentalmente

En Shanghai, Wawrinka sucumbió ante todo un profesional de este deporte. Cercano ya a la treintena, Simon parece estar sumido en uno de los mejores momentos de su carrera. Cuando parecía que el galo estaba ya en decadencia, está cuajando un año muy regular, venciendo a jugadores teóricamente superiores a él. Volvió a hacerlo en Shanghai. Simon mantiene su gran virtud consistente en meter siempre una bola más y cometer pocos errores no forzados, pero no se atrinchera a fondo de pista y cede la iniciativa, sino que es un jugador variado capaz de atacar la bola. Esta solidez acabó por desmontar los esquemas de juego de un Wawrinka algo falto de motivación y chispa, sobre todo al final. El helvético no sacó bien, lo que le puso contra las cuerdas. A pesar de hacerse con el primer parcial, Simon continuó martilleando la débil mentalidad de Wawrinka, que acabó por derrumbarse. 

En la siguiente ronda el galo se medirá al turco Jaziri, procedente de la previa y que hoy venció al local Wang por un contundente 6-0 6-4. Wawrinka tiene casi asegurada su presencia en Londres, aunque si sigue mostrando este nivel de juego en Basilea y París-Bercy, puede ver comprometida su posición y, sobre todo, muy mermada su confianza.