Djokovic ha vuelto a las pistas en Asia desde que el pasado domingo jugara la mejor final de su carrera frente a Berdych, llevándose por quinta vez el ATP Master 500 de Pekín: "Fue increíble. He jugado grandes finales, tuve algunas victorias convincentes, algunas victorias en sets corridos contra los mejores rivales. Pero este tipo de rendimiento y este resultado es algo que nunca había sucedido", comentó al respecto el serbio.

Los números que está consiguiendo en el cierre de temporada se están pareciendo cada vez más a los del año pasado, la mejor de su carrera. Está lanzado para ganar su tercer Masters 1000 de Shanghai consecutivo, después de la hazaña de la semana pasada. Sin duda, es el mayor peligro en el circuito, un número uno que se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera. Así lo ha demostrado en su primer partido en Shanghai. No parece que esté en el final de temporada, donde se empiezan a acusar partido a partido el cansancio, la fatiga y las molestias físicas después de la exigencia del calendario de la ATP durante todo el año.

Thiem venía de eliminar a Lukas Rosol, número 26 del mundo, en primera ronda. Su estrategia era hacer un juego rápido para forzar los fallos del número uno, algo muy difícil de conseguir viendo el nivel que mantiene últimamente el serbio en Asia.

La primera manga comenzó muy igualada entre Djokovic y la nueva promesa del tenis. Con 4-3 arriba para el balcánico y después de que Thiem levantara varias bolas de break, el serbio se puso tenso y estuvo cerca de comenzar a desesperarse. Pero ahí se quedó la carrera del austriaco contra el número uno en el primer set. 6-3 cerró Djokovic. No obstante, el marcador no refleja la lucha que hubo en la pista entre los dos jugadores.

El segundo set no iba a comenzar relajado. Djokovic se sentía presionado y lo manifestaba con sus recurrentes gritos tras cometer errores. No tenía a Federer o Nadal delante para justificar esa presión. Thiem no pensaba aflojar, a pesar de que no se encontraba al 100% tras más de media hora dejándose la piel en la pista. El cansancio le pasaba factura, pero los dos seguían dispuestos a continuar la lucha. Parecía que Djokovic encarrilaba el partido en el inicio del segundo set. En el primero no logró un break hasta el octavo juego, pero en el siguiente comenzó con rotura. No obstante, Thiem repartía algún que otro golpe maestro que dejaba al último campeón de Shanghai pensativo con la raqueta en la mano. No solo sabe pegarle fuerte desde el fondo de la pista, también es capaz de hacer una dejada perpendicular contestando a golpe del serbio que parecía definitivo.

Zimbio

Aun así, consolidó el break, pero no lo dobló. Thiem se llevó su segundo servicio levantando un 15-40. El austriaco estaba cansado del ritmo del partido, pero sacó fuerzas y consiguió un punto de break que, para mala suerte, no culminó. 3-1 seguía mandando Djokovic. Si el número 39 no se recuperaba físicamente no iba a poder plantarle cara al número uno para tener oportunidades de vencerle.

En el sexto juego, con el marcador 3-2 y servicio de Djokovic, Thiem seguía sorprendiendo de vez en cuando con golpes ganadores. El serbio no dominaba por completo el juego y su rival, poco a poco, le iba ganando terreno, pero era incapaz de aprovechar las oportunidades. El segundo punto de break que conseguía lo volvió a dejar escapar. Al menos podía seguir manteniendo su servicio, un primer paso para frenar el paseo de Djokovic por la central. En el último punto para el 4-3 el serbio se quedaba clavado en el fondo de la pista al contestar el golpe, y dejaba a Thiem cerrar el séptimo juego.

El número uno estaba visiblemente enfadado por cómo se estaba desarrollando su primer partido en Shanghai. No estaba siendo fácil derrotar a un joven tenista que no tenía nada que perder por dar su máximo en la pista frente al mejor.

Djokovic mantuvo su servicio y consiguió el 5-3. Con 15-40 en el siguiente servicio de Thiem no estaba dispuesto a ceder más juegos y alargar el partido, por lo que llegó al deuce, pero Thiem lo resolvió con un golpe ganador y un saque al cuerpo. 5-4, servicio para que Djokovic cerrara el partido. Así lo hizo, con juego en blanco. Después del bote fuera de Thiem en el punto de partido, a Djokovic se le relajó por completo la cara. No defrauda en su primer partido de Shanghai. Su próximo rival es Kukushkin, quien batió a Kevin Anderson por 6-4 y 6-2.