La realidad para Roger Federer era como su vestimenta, muy negra. El francés Monfils dominó a su antojo al Maestro Suizo durante los dos primeros sets. Incluso el suizo, tras iniciar la remontada, llegó a salvar una bola de partido en el cuarto set. Toda una proeza la que regaló Federer en la sesión de noche de cuartos en New York.

En el primer set hubo mucha igualdad y con puntos casi de auténtico malabarista por parte del francés. Mucho espectáculo y un punto de inflexión bastaron para que Gael Monflis se llenase de motivación para ganar el set por un 6-4 y llegar al segundo set con la barra de energía al 100%. Un momento muy dulce era el que estaba viviendo el galo, ya que conseguía romper el servicio de Federer a las primeras de cambio en el inicio del segundo parcial. Le ganaba en la red y desde el fondo de pista. Monflis no tenía límite y ganaba el segundo set 6-3 a un Federer que ya casi decía adiós a EE.UU.

Pero llegó el momento del Maestro Suizo. Un Federer enrabietado y muy seguro de sus golpes hacía aparición en la pista. Fue en el cuarto juego del tercer set cuando Federer logró romper el servicio del francés y ponerse por delante en el marcador. Cierta calma llegaba a la raqueta del suizo al llevarse la tercera manga por 6-4. Ahora sólo quedaba luchar por llegar al quinto y definitivo set.

Y así fue. Monfils no se daba ni mucho menos por vencido y luchó con sudor y dientes para finiquitar el partido y pasar a la historia ganando a Federer en unos cuartos de Grand Slam. Pero el suizo demostró que también sabe luchar hasta el final y así lo hizo. En el cuarto set el francés dispuso de una bola de partido, pero no sólo el suizo logró salvarla, sino que se llevó el set por 7-5, llegando al definitivo y quinto acto.

La motivación del suizo hacía contraste con el bajón de nivel que acusó Monfils al no poder solventar el partido en el set anterior. El considerado mejor tenista de la historia ganó el quinto set por un cómodo 6-2, mejorando sus estadísticas en el servicio y en la red.

Gran lección de seriedad, físico y técnica la que dio Roger Federer a sus 33 años de edad en el pasado US Open, pudiendo remontar un partido que se le puso muy en contra. Un auténtico maestro.