El relevo se acerca. Tras la derrota ante el joven Kyrgios en Wimbledon, Borna Coric, aún menor de edad, mostró sus credenciales al mundo al derrotar al número tres del mundo Rafa Nadal 6-2 y 7-6. Se presentaba un gran encuentro entre un jugador consolidado y otro por llegar a la élite. Y defraudó, pero por parte del español. El croata, sin embargo, mostró todo su repertorio, desde una gran solidez desde el fondo de pista, hasta un gran servicio pasando por un exquisito revés. Para el jugador balear es la segunda derrota del año ante un jugador fuera del Top100, la primera ante Nick Kyrgios en Wimbledon. Rafa Nadal mirándose al espejo.

Su rostro se muestra desdibujado. Refleja duda, incredulidad. Tras cinco juegos disputados, Nadal ha sido incapaz de inquietar a Coric, que a sus diecisiete años, sirve para endosarle un rosco al español. Cinco juegos plagados de errores (19 no forzados en el primer acto). Cinco juegos sin que la derecha atemorice al rival. El relevo está ante sus ojos, y nada puede hacer para pararle los pies, pues su tenis ha desaparecido. Al chaval se le encoge la muñeca cuando puede obrar la proeza, quizás por la entidad de su contrincante, y Rafa respira (1-5). Trata de soltarse a continuación, de buscar ese golpe ganador que declare su autoridad, pero apenas puede adjudicarse su servicio antes de que el croata cierre un set (2-6) sorprendente, en apenas 35 minutos, donde su ilusión se contrapone con la angustia de todo un ex número uno del mundo.

Nadal incrementa su nivel de juego, o por lo menos, disminuye la decadencia mostrada en el primer parcial. Coric ya no visualiza todo ton claro, pero tampoco se desvanece. En el comienzo de la segunda manga el nivel se asemeja. Ambos aumentan el riesgo y la agresividad, y mantienen sus servicios con una mínima solvencia (3-3). A medida que transcurren los juegos, crece la intensidad, el nerviosismo. Y surgen las opciones al resto. Primero para Nadal, y posteriormente para el croata, bien resueltas en ambos casos (5-5). Pese a los intentos del balear, el encuentro se prolongó al desempate.

Y la lógica no se impuso. A pesar de ser terreno de veterano, un saque mucho más sólido y un juego exento de errores llevó al croata a consumar la hazaña (7-4). Arrojó su raqueta, elevó los brazos al cielo, y saboreó el triunfo. Pero el camino del croata no termina aquí. Tras superar a Gulbis, Golubev y Nadal, el siguiente escollo será el belga David Goffin. Partido de altura entre dos jóvenes que apuntan muy alto.