Era la décimo quinta vez que ambos jugadores se enfrentaban, la última y más reciente en la final de la semana pasada en tierras austríacas, donde el escocés remontó un set adverso para llevarse la victoria.

En la jornada del viernes, el de Javea, confesaba que de "una de las derrotas más duras que ha sufrido a lo largo de su carrera, fue en la final de 2013 en Miami donde tuvo cuatro bolas de partido", justo con el rival al que se enfrentaba en el día de hoy. La rivalidad entre ambos data de 2006 cuando jugaron por primera vez en el Conde de Godó. Así pues, ambos tenistas se conocen bien, y estaban dispuestos a darlo todo para dar espectáculo en la pista central del Valencia Open. 

El partido comenzaba con una rotura a favor del escocés que le serviría para acabar llevándose la primera manga por 6-4. Murray aguantaba en el fondo las constantes envestidas de su rival que se escoraba demasiado con su derecha para buscar el revés de Andy. Los peloteos eran constantes de más de 15 intercambios que hacían las delicias del público que abarrotaba la pista central. El escocés dominó todos los aspectos del juego. Sólo cuando Ferrer jugaba con primeros servicios le complicaba las cosas. 

Amelie Mauresmo no perdió ojo en todo momento de su pupilo. 

Durante toda la primera manga el saque de Murray funcionó a la perfección, con muy pocas fisuras y aprovechando los primeros para dominar, variandolos para evitar la anticipación del jugador español, especialista en esta faceta del juego. Sólo tuvo un contratiempo con su servicio. Cuando el marcador reflejaba 5-4 y saque para cerrar el primer acto, Ferrer dispuso de una bola de rotura para igualar, pero un gran servicio resolvió el problema, para acto seguido apuntarse el primer set por 6-4 tras 50 minutos. 

Un segundo set con idas  y venidas

El segundo parcial comenzaba con un enrachado Murray que aprovechó a la perfección los errores de Ferrer para colocarse 3-0 y saque y con pie y medio en la final del domingo. Pero en ese momento el de Javea, cambió el chip, y empezó a variar los golpes, moviendo más a su rival y obligándole a golpear en carrera, algo que Murray no controla. En ese momento y con un David jaleado en todo momento por la grada, tiró de casta. Rompió en dos ocasiones el saque de Murray para recuperar los breaks y tomar ventaja en la segunda manga. 4-3. Tocaba seguir luchando para forzar el tercer set. 4-4, 5-5. 

Ferrer cambió el chip durante el segundo set, pero no fue suficiente para batir a Murray. 

En el undécimo juego cuando David sacaba para asegurarse el desempate, falló, cometió un par de errores no forzados con la derecha, dándole alas al escocés que quebró el saque, y en el siguiente juego tras salvar 3 bolas de rotura adversas, con un gran primero y una gran aproximación selló el pase a su segunda final en Valencia por 6-4 y 7-5. Un grito de alivio y de rabia, inundó el Ágora. Una bestia anda suelta, y está dispuesta a todo. 

Con el partido disputado hoy, Murray aspira a todo. A ganar en Valencia, a ganar el París y a estar en Londres. Pero antes tendrá que jugar la final del domingo, que le enfrentará o al español Tommy Robredo o al francés Jeremy Chardy. A las 20.00 la segunda semifinal entre ambos.