David o ‘Goliat’. La reconciliación con sus paisanos o el asalto al primer ATP 500 para el joven belga. Tres títulos consecutivos o una racha de 44 encuentros ganados tras Wimbledon. Muchas disyuntivas con un único campeón; el que mañana levantará la copa al cielo helvético.

Cuestión de paciencia

Armado de paciencia y a la espera de la opción de rotura. La tarea no era fácil para Federer ante Ivo Karlovic. El croata, que sirvió la friolera de 33 aces, encañonaba al suizo y lo hacía protegerse al cobijo de un público que apoyó al número dos del mundo con gritos y vítores que lo impulsaban a continuar con la lucha. Karlovic, galopando sobre una derecha que parecía un martillo afiló los dientes para intentar hincarlos cuando tuvo la ocasión. En la muerte súbita del primer parcial, el croata gozó de una ocasión para certificar el set pero Federer se revolvió para responder y acabar materializando la manga del lado local (7-6 (8)).

Federer tuvo altibajos en el encuentro aunque supo recomponerse a tiempo

Sin embargo, Ivo no estaba por la labor de despedirse sin dar guerra en Basilea. Capaz de encontrar su buen hacer también al resto neutralizó a un Federer que volvió a dar los mismos síntomas que toda la semana. Altibajos en su juego que afortunadamente para él son capaces de retomar la senda ganadora una vez pasado el chaparrón. Y ese chaparrón le costó a Roger la pérdida del segundo acto (3-6) que le valdría para chocarse de bruces con la realidad y responder de inmediato.

El helvético se recuperó del ‘shock’ y acto seguido empezó a controlar la situación de nuevo aferrándose a esos saques que tan rápido vuelan bajo las bóvedas europeas. El tercer juego del último parcial fue el punto de inflexión para un Karlovic que tras la rotura no se recompuso. Federer a lomos de su saque asumía las riendas totales del encuentro (7-6 3-6 6-3) y devolvía así las esperanzas a una grada que espera verlo levantar mañana el séptimo entorchado en su ciudad natal.

Goffin a lo suyo

Goffin ha ganado dos títulos en este 2014. Jugará su primera final de ATP 500

Al otro lado de la red tendrá a un tenista que ostenta la friolera de 43 encuentros ganados tras la clausura del tercer Grand Slam del año. David Goffin volverá a ser la piedra de toque del helvético por el título tras aquella ronda de dieciseisavos de final en Roland Garros 2012 donde consiguiera arañarle un set al suizo y bordar un encuentro donde apuntó maneras. Hoy el joven belga es un tenista más experimentado que ya sabe lo que es ganar un título y  por partida doble en este 2014 (Kitzbuhel y Metz). En la semifinal que lo enfrentó con la revelación del evento Borna Coric, el de Rocourt venció al croata por 6-4 3-6 y 6-3 en un gran partido por parte de ambos contendientes.

La clave del encuentro estuvo en la actitud mostrada durante el último parcial por parte de Coric, quien vio cómo poco a poco se le escapaban las opciones y Goffin se crecía cuando parecía mermado y lejos de su mejor versión al finalizar el segundo acto. El croata comenzó a hablar consigo mismo y a recriminarse acciones que finalmente le acabaron pasando factura. No obstante la gran actuación tras alcanzar sus primeras semifinales de un torneo ATP le valdrán para meterse por primera vez con tan sólo 17 años de edad dentro del top 100 mundial. Goffin por su parte, lidiará mañana en su primera final de ATP 500 contra Federer y gran parte de la central de Basilea, que disfrutará a buen seguro de una final donde juventud y veteranía convivirán bajo el mismo techo.