Se habían enfrentado en tres ocasiones anteriormente, todas dominadas por el serbio. Sin embargo esta vez Raonic venía más fuerte que nunca, tras ganar a Federer y Berdych.

Pero nada pudo hacer un canadiense ausente ante el número uno, que desplegó un gran juego. El serbio se lleva su cuarto Masters 1000 de la temporada y vigésimo en su carrera.

Djokovic eligió sacar para empezar el encuentro, quería comenzar mandando desde el momento cero. Cada uno empezó mostrando sus armas en los primeros juegos, sin embargo, el número uno sacó un resto sólido y profundo, a la línea, y a pesar del saque potente de Raonic, le robó el servicio para ponerse 2-0.

El serbio marcó la diferencia desde el comienzo para alejarse en el marcador e ir por delante con cómoda ventaja. Estaba pegando muchas pelotas cortas, con un efecto de aceleración al botar, difícil de contestar para su rival. Cometió un solo error no forzado en los tres primeros juegos, 3-0. A pesar de volver a tener bola de break de nuevo en contra, Raonic conservó su segundo servicio, 3-1.

En el quinto juego el canadiense levantó un 40-0 en contra. Empezaba a ponerse firme y dejar de regalar juegos, 4-2. Aprovechó un bache del número uno, que dejó de dirigir bien la bola en los intercambios.

La situación fue la contraria en el séptimo juego. Esta vez fue Djokovic quien levantó el 0-40 para ponerse 5-2. Restaba para cerrar el set sin más complicaciones. También se llevó el octavo juego, 6-2, primer set cerrado. Ya lo advirtió en rueda de prensa el número uno, Raonic tiene un saque muy potente, pero él confiaba en su resto.

El segundo set fue una continuación del primero. El serbio le rompió el saque a Raonic tras ganar el suyo y consolidó el break, de nuevo 3-0. Al número 10 se le estaba escapando por todas partes la final. No conseguía hacer daño con su saque, punto clave para tener oportunidades frente al número uno. Al contrario, comenzó a fallar los puntos mientras se veía superado por Djokovic, a pesar de que este último no estaba mostrando sus derechas ganadoras.

Ambos cumplieron con sus servicios en los siguientes juegos y el marcador subió 4-1.

Tiró de saque el canadiense por fin para llevarse el segundo juego del set sin complicaciones, pero con 4-2 en el marcador Djokovic no iba a fallar ya. Nada que hacer, 5-2. Restaba de nuevo el número uno para llevarse el set y el partido.

El canadiense alargó el encuentro un juego más, sin dejarse vencer tan fácilmente, 5-3. Hasta ahí llegó número 10. No tuvo más oportunidades, con una derecha ganadora, la gran ausente, Djokovic cerró el partido con 6-3.

Bicampeón en París. Cuarto título esta temporada y 20 Masters 1000 en su carrera. Llega en óptimas condiciones a Londres, reteniendo con autoridad el relevo generacional. El número uno es mucho número uno y le queda para largo.