El telón echó el cierre a una temporada repleta de protagonistas. Campeonas dispares, soportando la emersión de las más jóvenes, que comienzan a escribir en mayúsculas su trayectoria. Un 2014 lleno de acontecimientos, destacando también algunas retiradas notorias, como la de la china Na Li, campeona en Australia. Serena Williams, vulnerable por momentos, agarró con valentía el cetro mundial y no faltó a su cita con los Grand Slam (US Open). Petra Kvitova repitió en Wimbledon, y guío a su país para conquistar la Copa Federación. El verano, y consigo la arcilla, fueron territorio de María Sharapova. Rostros conocidos copando los altos puestos un año más, mostrando esa regularidad de la que careció el tenis femenino en ciertos momentos. Y jóvenes, como Eugenie Bouchard, Garbiñe Muguruza o Belinda Bencic, que pretenden aspirar a todo en 2015.

Incertidumbre en Australia

Dos semanas y cinco torneos precedieron a la gran primera estación del año. La temporada arrancó oficialmente en tres sitios distantes: Brisbane, Shenzhen y Auckland. Y en ningún evento se vislumbraron grandes sorpresas. Serena, Na Li e Ivanovic, las primeras en alzarse con esos respectivos títulos. La estadounidense, tras vencer a una Azarenka que de nuevo se vio castigada por las lesiones, que la impidieron tomar protagonismo a lo largo de todo el año.

Una semana después, con la mayoría de las tenistas que encabezaban la clasificación descansando, dos jóvenes rostros como Pironkova y Muguruza conquistaban Sydney y Hobart. No iba a ser, ni mucho menos, la única sorpresa que ambas iban a protagonizar en el 2014. Como casi siempre suele suceder, el Abierto de Australia se presentaba lleno de alternativas. Apenas rodadas, las chichas debían medir sus fuerzas por un objetivo mayúsculo. El pronóstico más sencillo garantizaba la victoria de Serena Williams.

Sin embargo, Ivanovic, que también llegaba con un título bajo el brazo, consumó la sorpresa en tres sets (4-6, 6-3 y 6-3) ante la estadounidense, dejando una ventana de posibilidades abiertas, entre las ocho tenistas que conformaban los cuartos de final. La locura aupó a semifinales a Bouchard, de tan solo veintiún años en aquel Enero, a Na Li, a Cibulkova y a Radwanska. La china, no cedió ante la joven canadiense, pero sin embargo, la polaca sí que hincó la rodilla ante la otra tenista que partía más allá del Top 20. Como suele dictar el tenis en una infinidad de ocasiones, la experiencia adquirió una creciente importancia. La eslovaca no puedo aguantar el ritmo, y tras ceder en una inexpugnable lucha en la primera manga por 7-6(3), fue ampliamente superada (6-0). Na Li comenzaba el año pletórica. Algo que sus molestias cambiarían, anteponiendo su retirada en septiembre.

Serena, renuncia y triunfo

Tras un mes de Febrero lleno de eventos de menor entidad, que confirmaron las buenas sensaciones de Cibulkova (campeona en Acapulco) y el comienzo de la explosión de Halep (título en Doha), llegó el momento de encarar los primeros Masters 1000 de la temporada, en territorio estadounidense. Como suele ser habitual en los últimos años, Serena Williams decidió no acudir a Indian Wells, como viene haciendo desde el año 2002. Todo debido a la no presencia de su hermana en las semifinales de aquella temporada, que provocó continuos abucheos.

Esto permitió, al igual que en Australia, que el abanico de posibles campeonas se agrandara. Dos de las cuatro que alcanzaron la final en el primer Grand Slam, repitieron: Na Li y Radwanska, segunda y tercera en el ranking WTA, después de que Azarenka siguiera su descenso. Halep confirmaba su gran momento infligiendo un constante castigo a sus rivales desde el fondo de la pista, y Penneta se convirtió en la invitada especial. Y qué invitada. La italiana se deshizo de las dos máximas favoritas, conquistando su único título del año, que le permitió rozar el Top 10 (12), posición con la que ha finalizado este 2014.

Inmediatamente después llegó Miami. Serena afrontaba la cita inmersa en una situación poco habitual. Tras ganar Brisbane, había cedido en Australia, y también en Dubai, en semifinales. Esto, sumado a su renuncia en Indian Wells, hacía que su condición de indiscutible favorita se desvaneciera. A la menor de las hermanas le costó encontrar el ritmo, pero una vez alcanzados los octavos de final, no mostró piedad ante rivales como Sharapova, o Li, antes de proclamarse campeona. Serena sacó a relucir sus mejores armas. Sus golpes, potentes como ningunos, volvieron a ser decisivos. Con el final de Marzo, entraba en escena la arcilla, que iba a tener un nombre propio.

Sharapova, idilio con la tierra batida

Como iba a poder predecir la rusa que su superficie fetiche iba a ser la misma en la que no conquistó un título hasta 2008. Pero la realidad es que el polvo de ladrillo es la superficie a la que mejor se está adaptando María con el transcurso de los años. Y es que, de los últimos doce títulos que ha ganado Sharapova, nueve han sido sobre las pistas más lentas. Fiel reflejo ha sido el 2014 que ha echado el cierre. Su bajo ranking (9) obligó a la rusa a medirse con Radwanska en los cuartos de final de Stuttgart. La polaca, primera cabeza de serie en este evento, no pudo hacer nada ante una Sharapova que mostraba ganas inmensas de abandonar ese segundo plano que estaba adquiriendo. Y lo consiguió venciendo a Ivanovic en la final.

Una semana después, Sharapova ganaba en Madrid. Una diabólica derecha y su ya reconocida fortaleza mental, la auparon a la victoria. Pasando por encima de Li, Radwanska, y Halep, que ascendería a la quinta plaza tras una nueva final, Sharapova mostraba su aval de cara al segundo Grand Slam del año. Sin embargo fue incapaz de cerrar el círculo perfecto de preparación. Ivanovic, en Roma, hacía vulnerable a la rusa antes de Roland Garros.

Segunda gran parada. Serena, Sharapova y Halep, como principales candidatas. Los focos se centraban en un futurible duelo entre la rusa y la estadounidense en la antepenúltima ronda. Pero la número uno volvió a tropezar. O mejor dicho, se vio superada por Garbiñe, cuyo tenis agresivo alcanzó la excelencia. Desde los cuartos de final la tarea de María fue imponer su polivalencia, su experiencia. Sufriendo, apartó a la hispano-venezolana de su sueño. Y dos días más tarde, hizo lo propio ante Bouchard, que ya comenzaba a hacer habitual su presencia en las últimas rondas.

Halep aprovechó su “llano” camino, para plantarse en su tercera final del año. Apenas un mes después, se reeditaba la última ronda de Madrid en uno de los partidos de la temporada. Ambición, sacrificio, y sobre todo, derechas. Muchas derechas ganadoras. Un verdadero espectáculo entre dos tenistas que garantizan un excelso juego desde el fondo de la pista. La batalla se alargó a los tres actos, donde de nuevo la experiencia y la cabeza le sirvieron a Sharapova para conquistar su segundo Roland Garros, su quinto Grand Slam.

Kvitova, de nuevo en Wimbledon

Hace tres años se arrodilló sobre la hierba londinense. En este 2014, tras conquistar el All England Club por segunda vez, Petra Kvitova se permitió el lujo de tumbarse sobre ese césped que tantas alegrías la ha transmitido.

La checa, que no había alcanzado una final en todo el año, aprovechó un cuadro asequible para plantarse en la final. Allí la aguardaba Bouchard. Sí, esa joven de veinte años. La canadiense, en el verano, ya ocupaba portadas. Su gran actuación seguía confirmándose semana tras semana, y ya se erigía como una de las favoritas. Era la chica de moda. Aunando belleza y talento, estaba en boca de todos. La oportunidad de Kvitova de volver a ser reina en Londres, contra la precocidad de Eugenie, que tras vencer a Halep llegaba con mucha hambre.

Kvitova, campeona en Wimbledon por segundo año (Zimbio.com).

"Bouchard, la chica de moda, alcanzó la final en Wimbledon"

Lástima que no supiera materializar esa ambición en su juego. Sus ataques, constantes y atrevidos, no encontraron la afinidad de los días atrás. Su cabeza, aun por amueblar, no ofrecía reacción. En definitiva, la final le vino grande a Bouchard. Kvitova, más centrada y marcando el guion bajo su juego, finiquitó con brevedad (6-3 y 6-0) una nueva conquista.

La Serena de las grandes citas

Si algo seguía extrañando el 2014 era constancia y los títulos de la número uno, que mediado el mes julio seguía presumiendo tan solo de dos títulos. Williams decidió aguardar a su vuelta a casa para volver a deslumbrar. En el mes para preparar el último Grand Slam del año, la menor de las hermanas ganó Stanford y Cincinnati, cediendo únicamente en Montreal ante Venus. Precisamente en Canadá, Radwanska terminaría llevándose el título. Entre tanto, Petkovic, en Bad Gastein, y Wozniacki, en Estambul, aprovechaban su oportunidad.

La danesa comenzaba a vislumbrar una mejoría significativa que la situaría entre las mejores a final de año. Ese incremento de nivel lo confirmó en el US Open. Eliminando a Sharapova logró alcanzar su segunda final de un “Major”. Su asignatura pendiente desde que fuera número uno, a tan solo un partido. 5 años después y en el mismo escenario. Pero Serena, en modo arrollador, culminó su decimoctavo Grand Slam sin ceder un solo set en todo el torneo. Su leyenda, quedaba agrandada.

Wozniacki, en una final de Grand Slam cinco años después"

Pero ese no iba a ser su último éxito de la temporada. Aunque antes debía esperar, y admitir las derrotas. Ante Ivanovic en Tokio, ante Bouchard en Wuhan, y frente a Stosur en Pekín, en la primera ronda. De nuevo presente las dudas. Mientras otras tenistas prosiguen en su avance, ella se mostraba incapaz de alargar su buen momento. Pero algo que distingue a Serena del resto, es que cuando se muestra confiante y centrada, ningún obstáculo puede inquietarla. En una temporada donde pareció regirse por los mayores retos, se alzó con la Copa de Maestras.

Serena Williams aupando su trofeo de la Copa de Maestras (Zimbio.com).

Una cita donde Bouchard pagó la novatada, y donde Halep y Serena se mostraron superiores. La rumana, que tuvo en su mano dejar sin opciones a la estadounidense, peco de poco estratega, y lo pagó muy caro en la final, donde Williams se resarció del primer partido y la derrotó en el momento decisivo. Con la figura de la número uno erigiéndose como maestra, finalizó un año WTA cargado de novedades, con campeonas distintas, y de jóvenes figuras, como la de Bouchard, que ya ha mostrado tener un gran presente.

República Checa, campeona

Pero aún quedaba por determinar qué país sería campeón de Copa Federación. Una gran cita donde, a pesar de haber cierta igualdad, se impuso la lógica. Las checas, de la mano de Kvitova, que proporcionó a los suyos dos de los tres puntos, se impusieron (3-1) a Alemania. Ni Petkovic, ni Kerber, pudieron consumar la hazaña. No obstante, el simple hecho de alcanzar la final tras veintidós años, fue un hito para las chicas de Rittcher. La República Checa confirmó no solo su gran momento, sino que escribió el nombre de su país en la historia de la competición, aupando su octava ensaladera.