Sigue el sueño en las gradas de Melbourne. ¿Y si este es el año? ¿Y si la próxima semana pudieran seguir vibrando con uno de los suyos? Nuevas caras, nuevas raquetas, nuevas ilusiones. Los culpables, Bernard Tomic y Nick Kyrgios, que ya están en en octavos de final.

Tomic ya está aquí

Lejos queda ya esa desafortunada lesión de cadera que le hizo pasar por los quirofanos, que le hizo apartarse durante muchos meses de su hábitat natural: las pistas de tenis. Ahora, Bernard Tomic ha vuelto, y para quedarse.

En este partido de dieciseisavos de final, tenía enfrente a su compatriota Groth, un gran sacador que estaba cuajando un muy buen inicio de año. Todos esperaban un partido disputado, más allá de las tres mangas y con varios tiebreaks de por medio, pero Tomic no lo permitió.

Berdych, su próximo y gran escollo

El primer set estuvo muy equilibrado, pero lastrado para Groth desde que en su segundo servicio perdiera el juego, algo que Tomic no lo desaprovechó para cerrar todo en un apretado 6-4. El segundo set nos mostró la versión más lógica del partido: saques inapelables y final en tiebreak. Groth perdonó en su primera bola de set y Tomic, a su tercera set-ball, puso tierra de por medio (10-8).

En el definitivo set no hubo color, ni atisbos de remontada. Tomic firmó con solvencia su pase a octavos de final (6-4). Su próximo rival será el checo Tomas Berdych, que ganó en tres sets a una de las revelaciones de la temporada, Victor Troicki.

Seppi ilumina a Kyrgios

La mirada de Nick Kyrgios, en su entrada a pista, parecía estar especialmente iluminada. Su rostro evidenciaba la oportunidad que le acababa de brindar el bueno de Andreas Seppi -eliminando a Roger Federer- abriendo su parte del cuadro cuantiosamente. Kyrgios quería sangre, Jaziri temblaba.

El público de Melbourne animaba con fervor a su compatriota, cada punto que conseguía llevaba el estallido a las gradas. Kyrgios solo pudo premiarselo con la primera manga. Su garra y potencia hicieron tumbar a Jaziri en el primer envite (6-4).

El segundo set seguía con la misma tónica: el australiano absolutamente intangible al servicio, pero sin ser tan demoledor al resto; lo que les llevó al tiebreak. El tunecino empezó a todo tren la muerte súbita, llegando a ponerse 4-0 arriba, pero la fortaleza mental y tenística del aussie salió a relucir para darle la vuelta a ese adverso parcial (6-8).

Esa remontada en el tiebreak hizo mucho daño al tunecino. Totalmente consciente de que su remontada se antojaba ya imposible, no puso obstáculos a un arrollador Kyrgios que iba a toda mecha a por su tercer y definitivo set. Y así fue, con dos breaks de por medio, el australiano cerró el partido (6-1).

En la próxima ronda, se verá las caras con la gran sorpresa del día de hoy, Andreas Seppi. No es Federer, pero igualmente, y visto lo visto, le pondrá cara su continuidad a la estrella local. El sueño de Nick Kyrgios y de todo Melbourne continúa...

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