El primer Grand Slam de la temporada está llegando a su ecuador, y, como tal, la tercera ronda del torneo dio su pistoletazo de salida en la madrugada de este viernes. Como encuentro correspondiente a esta fase del cuadro, dos tenistas de Europa oriental como el checo Tomas Berdych y el serbio Viktor Troicki se enfrentaban sobre el cálido cemento de Melbourne, ambos a la expectativa de poder colarse en unos octavos que, sin embargo, supondrían un trámite para el primero y un éxito para el segundo.

La trayectoria de Tomas Berdych ha estado marcada por el éxito. Suma casi una década situado entre los tenistas más grandes del circuito y en el último lustro apenas ha abandonado el top 10 de la clasificación ATP. Suma diez títulos como profesional y ha alcanzado una final de Grand Slam (Wimbledon, 2010). Por su parte, la historia de Viktor Troicki es bastante distinta. Siendo un tenista serbio compañero de generación de Novak Djokovic, siempre le ha tocado vivir a la sombra del gran maestro de Belgrado. Pese a todo, en 2011 vivió su mejor época, encontrando la regularidad y paseándose entre los puestos cercanos a los diez mejores. Una sanción por entregar un día tarde una muestra de sangre lo mantuvo fuera de las pistas desde julio de 2013 hasta el mismo mes de 2014, cuando volvió al circuito hundido en el ránking, sin rodar y bastante frío.

Sin embargo, Troicki ha conseguido alzar de nuevo su nivel. Tras un 2014 en el que se vio obligado a pelearse en Challengers para ir subiendo en el ránking, finalmente en este arranque de 2015 ha logrado volver a entrar en el top 100 de la ATP. Y lo ha hecho a lo grande: ganando el título en el ATP 250 de Sydney la semana pasada. En este Australian Open ya entró sin necesidad de disputar la previa, algo que no le ocurría desde que se vio obligado a abandonar las pistas hace ya casi dos años.

Se rompe la inercia

La trayectoria de ambos tenistas en este primer Grand Slam del año había sido muy distinta. Para Berdych, sus encuentros ante el colombiano Alejandro Falla y el veterano tenista austriaco Jurgen Melzer no habían sido más que meros campos de entrenamiento, venciendo en ambos en sets corridos y sin síntomas de debilidad. Mientras, para Troicki no ha sido tan fácil. El serbio venció, aunque no sin complicaciones, a otro tenista checo, Jiri Vesely (campeón la semana pasada en Auckland), en la primera ronda del torneo, para posteriormente imponerse con superioridad al argentino Leonardo Mayer, vigésimo sexto cabeza de serie del cuadro. El factor cansancio también influiría en el rendimiento de ambos tenistas sobre la Margaret Court Arena.

El partido comenzó equiparado. Berdych era intocable con su servicio, mientras Troicki trataba, a duras penas, de mantener el suyo. Pero momentáneamente lo lograba. Pese a todo, el checo no necesitó mas de una bola de break para irrumpir con fuerza en el set y llevárselo por 6-4. Berdych había sido oportunista y había colocado un ladrillo que a Troicki le sería complicado esquivar. La segunda manga fue un calco de la primera. Un duelo de servicios que el favorito rompió, de nuevo, con la única opción de rotura del parcial. El encuentro sólo había vislumbrado dos oportunidades de break en dos sets, y Berdych las había aprovechado ambas. 6-4 y 6-3 era el resultado que mostraba el marcador, y aquel ladrillo se convertía, punto a punto, en un muro cuya escalada parecía absolutamente imposible.

Troicki claudicó ante la perfección del juego de Berdych (Foto: Hannah Peters / Getty Images).

El último set fue sinónimo de desorden. A diferencia de las mangas previas, Berdych desaprovechaba sus numerosísimas oportunidades de incidir en el saque de Troicki, que había bajado su intensidad notablemente. Los errores del serbio, constantes, otorgaban al checo esa tranquilidad de saber que tienes el encuentro bien agarrado entre los dedos. Finalmente, el break llegó y un nuevo 6-4 cayó del lado del séptimo cabeza de serie, que se enfrentará en octavos de final al local Bernard Tomic.

Las claves del triunfo de Berdych ante un Troicki que llegaba como un tiro fueron varias. En primer lugar, su eficacia con el primer servicio. Berdych sumó un 89% de los puntos jugados con su primer saque. Además, también atacó con firmeza el segundo saque de su rival, logrando que Troicki sólo pudiese llevarse el 29% de los intercambios dispuestos con su segundo intento. Un 84% de eficacia en la red, 55 winners y tan solo 19 errores no forzados fueron los números de un Tomas Berdych que llega a las rondas finales sin haber perdido ni un solo set.