El tenista español llegaba a esta cuarta ronda del Abierto de Australia después de conseguir doblegar en tercera ronda a Dudi Sela, quien era superado por 6-1, 6-0 y 7-5. Para el partido de hoy, Nadal tendría enfrente al sudafricano Kevin Anderson que llegaba tras doblegar por 6-4, 7-6 y 7-6 al francés Richard Gasquet.

Anderson le regala el primer set a Nadal

Con tranquilidad y buenos movimientos en la pista, tanto Rafa Nadal como Kevin Anderson iban progresivamente ganando sus juegos. Al llegar el partido a tener un marcador de 4-4, los puntos comenzaba a costar más ganarlos, aunque a duras penas lo lograban.

El momento clave de este primer set sería con 5-5, momento en el que Rafa Nadal era capaz de levantar nada más y nada menos que seis bolas de break para colocar el 6-5 en el marcador, tras eso era Kevin Anderson quien concedía al balear una bola de break, por la cual el español se llevaba el primer set por 7-5.

La apisonadora española se pone en marcha

No podrían arrancar mejor las cosas en el segundo set para Rafa Nadal, ya que tras ganar el primer juego al saque, el manacorí lograba hacer claudicar al sudafricano con su servicio, sumando el 2-0 al marcador. La cosa no quedaría ahí, ya que con el 3-0 a favor del español, Anderson volvería una vez más a ceder su saque dejando muy de cara el set a favor de su rival.

Sin problema alguno, el español ganaría su juego colocándose 5-0 arriba, algo que no inquietaría en ningún momento a Nadal sería el siguiente saque de su rival. Anderson ganó cómodamente su juego y posteriormente Rafa se encargó de cerrar el segundo parcial por un claro y contundente 6-1 tras sólo 32 minutos de parcial.

Después de tan solo doce minutos de tercer set y tras ver como ambos tenistas ganaban su primer juego, Anderson era el encargado de conceder dos bolas de break a Nadal, quien conseguía materializar una de ellas, consiguiendo así la primera rotura de la tercera manga. Totalmente suelto y sin complejos, el español disfrutaba sobre la pista consiguiendo punto tras punto.

Con 4-3 en el marcador, Nadal sería capaz de conseguir ganar su servicio de una manera cómoda y sólida, sin dar concesión alguna a Kevin Anderson. El sudafricano también ganaría su juego, lo que obligaba al español a cerrar el partido con su saque. Rafa en ningún momento se vio superado por los nervios y terminó llevándose el partido por 7-5, 6-1 y 6-4.