El número uno del mundo, Novak Djokovic, va como un cohete para conseguir su quinto título en el Open de Australia, tras vencer a Milos Raonic en los Cuartos de Final del torneo por 7-6 (5), 6-4 y 6-2 en aproximadamente dos horas de partido. En semifinales, el serbio se enfrentará al actual campeón de Australia, el suizo Stanislas Wawrinka, que derrotó en la madrugada de hoy al japonés Kei Nishikori.

Australia sigue siendo territorio talismán para el número uno del mundo. En Melbourne Park se ha adjudicado la victoria en 30 de los últimos 31 partidos que ha disputado desde 2011, y solo perdió en las semifinales del pasado año, precisamente ante Wawrinka, su rival en semifinales.

Primer set igualado

El partido comenzó muy igualado. Ambos tenistas conseguían sacar adelante sus respectivos saques, pero Djokovic con menos problemas que Raonic, que veía como el serbio le iba a apretar en cada punto. Djokovic se mostró intratable con el servicio, y la mayoría de sus juegos al saque concluían con juegos en blanco, como si de un cañonero se tratara. Raonic, por su parte, fue más irregular. El canadiense dio la posibilidad a Nole de romperle el saque hasta en cuatro ocasiones, pero en todas ellas Raonic iba a sacar unos latigazos en forma de ace o de saque directo que iban a impedir que el serbio abriera brecha en el marcador.

Djokovic desperdició cuatro bolas de break en el primer set

Con el servicio como salvavidas, ganando un 78% de los puntos puestos en juego con el primer servicio y ocho aces, Raonic resistió y estiró el set hasta el tie-break. Un desempate que iba a tener emoción hasta el final, pero en el que Novak Djokovic iba a sacar a relucir su enorme clase para llevarse el tie break por un parcial de 7-5.

El mejor tenis de Djokovic

Fue un duro golpe para Raonic haber perdido el primer set en el tie-break. Comenzó dubitativo, algo desconcentrado, y eso ante Novak Djokovic es una condena. Nada más comenzar el segundo set el serbio iba a romperle el saque al canadiense, que cuando menos se lo esperaba veía cómo desde el comienzo del set ya estaba en desventaja.

Milos pensaba que encontraría el momento de devolverle la rotura al serbio, pero no fue así. Djokovic estaba realizando uno de los mejores partidos de su carrera con el servicio, no dejándole la oportunidad al canadiense de poder empatar el choque. Ambos tenistas mantenían sus saques y el número uno del mundo acabó venciendo el segundo set por 6-4, que sin duda ya dejaba casi sentenciado el partido.

El inicio del tercer parcial fue un reflejo del segundo. Djokovic apretó al resto para tratar de quebrar el servicio de su rival, pero esta vez a Raonic le funcionó el saque para defenderse con éxito. Hasta el tercer juego. El serbio adquirió una ventaja de 0-40 que no dejó pasar para romper el servicio a Raonic por segunda vez en el partido y tomar una ventaja que ya sería demasiado pesada. Mucho más después de un nuevo y definitivo quiebre que sirvió para dejar el marcador final en 6-2.

"Ha sido una gran actuación, no hay excusas. Me he sentido genial en el fondo de la pista, he sacado muy bien, un gran partido. Desde luego me siento bien. Nunca te sientes viejo si estás entre los cuatro últimos de un Grand Slam. Me siento como Boris Becker en la pista", dijo.

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