Es la historia de un tenista al que su irregularidad le puso la cima del tenis mucho más arriba de lo que su muñeca predicaba. Es la historia de un veterano de guerra de las pistas de arcilla, hierba y cemento que se ha vuelto a colgar la pesada mochila del éxito a las espaldas para subir escalón a escalón hasta el piso que su potencial merece. Es la historia de un gladiador de la raqueta que ya supera las 1000 batallas. Es la historia de Fernando Verdasco.

Prometedor inicio en el mundo de la raqueta

A la tempranera edad de cuatro años ya hacía sonreír a su padre José, raqueta en mano, en el patio trasero de su casa. En sus ojos se transmitía la ilusión por llegar a luchar por lo que hoy se bate semana a semana, por el tenis.

En 2004 (Valencia), su primer título ATP

Su carrera como profesional la inició en el 2001, pasando en un año del 464º ATP al 174º tras un par de buenas participaciones en Challengers como el de Segovia o Kiev. Sería en el año 2004 cuando se hiciera con su primer título ATP, en Valencia venciendo a Montañés en la final (y sin ceder ningún set a lo largo de todo el torneo).

Se estaba gestando un tenista importante, como así confirmó en los años posteriores. En ese mismo año, también fue finalista en Acapulco y semifinalista en Kitzbühel, terminando el año en un increíble 36º ATP. En 2005, venció hasta en dos ocasiones a un Top-10, ambas a Roddick, ya competía con los mejores, pero sus resultados no fueron los esperados, así como en el año 2006.

Consagración en Mar de Plata

Una etapa para olvidar que cerró de un portazo en el 2008, cuando entró en el Top-20 por primera vez y se alzó con su segundo título ATP, el de Umag ante Andreev. Pero donde verdaderamente mostró su potencial fue en la Copa Davis, su competición fetiche. Todos recuerdan su proeza, como también todos aún le lamentan por Argentina.

Un épico Verdasco fue decisivo en la Copa de Davis de 2008

La situación se puso complicada, ya que España perdió su primer partido de la eliminatoria, estaban sin su mejor tenista (Nadal) y ante unos argentinos que ansiaban la 'ensaladera'. Entonces, apareció la figura de Fernando, para ganar el punto de dobles junto a Feliciano y para tumbar en un épico partido a José Acasuso (6-3, 6-7(3), 4-6, 6-3 y 6-1 ) dando el punto definitivo a España. La 'Armada española' acabó con la 'Legión argentina', con la ausencia de Nadal y en el hostil territorio de Mar de Plata. Todo, gracias al pundonor de Fernando Verdasco que, de esta manera, entraba en la historia del tenis español.

Tras su proeza en tierras argentinas, saltó a las pistas el mejor Fernando Verdasco que se recuerda. En 2009, realizó la mejor temporada de su vida, finalizándola como Top Ten (en la 7ª posición). En dicha campaña, destacó sobremanera su actuación en Melbourne. El Grand Slam australiano pudo disfrutar de su versión más excelsa, donde cayó en semifinales ante Nadal (en cinco sets en un impresionante partido de tenis que duró 5 horas y 15 minutos) tras arrasar a tenistas del calibre de Stepanek, Tsonga o Murray. Además, ganó su tercer título ATP en New Haven y se hizo con su segunda Copa Davis consecutiva, jugando el dobles ante la República Checa.

Sus exitosa carrera continuó a todo tren. Fernando ya no era el mismo. Su histórica actuación en noviembre de 2008 en Mar de Plata le cambió para siempre. Su mentalidad competitiva se multiplicó, ya no iba a participar, iba a ganar.

Cegado por sí mismo

De repente, todo cambió. Marchitó el hambre de un campeón que tocó la gloria con los dedos, los mismos que más tarde le cegaron.

Su camino se enturbió. Su mentalidad ganadora fagocitó su tenis, mutándolo en una opaca irregularidad que le alejaba de los primeros lugares. Derrotas inexplicables, torneos sin éxitos, ya no era Nadal el que le tumbaba en Melbourne, sino Davydenko, Berdych, Tomic...

Ningún título de 2011 a 2013, solo en dobles brillaba

Las idas y venidas de su talento, una constante. Lo mismo deslumbraba en un torneo, que caía a las primeras de cambio ante 'raquetas' sumamente inferiores. Todo esto se resumió en su etapa de 2011 a 2013, donde la sequía de títulos definía su paso por el circuito ATP (solo pudo vencer en la Copa Hopman 2013 con Anabel Medina). Solo en dobles triunfaba, junto a David Marrero, con quien volvería a saltar a la palestra coronándose con la Copa de Maestros 2013 en Londres ante los hermanos Bryan.

En 2014, con la irregularidad por bandera, la anomalía seguía reinando en su tenis. El 13 de abril cortaba su 'maldición' con las finales ATP, venciendo la primera de sus últimas seis ante Nico Almagro en Houston. No ganaba un torneo desde 2010, demasiado para un jugador de su nivel.

A desatar al mejor Verdasco

El 24 de agosto de 2014 llegaba a la cifra de las 400 victorias en el circuito ATP. Quizás le hizo pensar, ya que apenas un mes después, decide dejar el circuito de dobles. Su carrera se estaba alejando en exceso de lo individual, no se podía permitir ese desgaste. Hacer un parón en su camino como doblista para realzar su carrera, su decisión.

Verdasco alcanzó los 1000 partidos en el circuito ATP

Ahora, tan solo unos meses después, alcanzaba otra histórica cifra ante Novak Djokovic: su partido ATP número 1000. Un tenista 'milenario' que quiere volver. Él mismo lo reconoció: “Mi prioridad y mi deseo es intentar dar mi máximo en el individual, aunque en los últimos años me ha ido muy bien en el dobles. Pero el año pasado me di cuenta de que debía seleccionar un poco más si quiero volver a estar top-10 o top-15 antes de retirarme y dar lo máximo en individual en lo que me queda de carrera”, reconocía en Melbourne.

Desatar al mejor Fernando Verdasco, que su puño vuelva a apretarse con fuerza con títulos entre sus dedos. Su deseo, su meta, su objetivo. Volver a disfrutar en pista, deleitar a los que paguen por verle. Renacer al madrileño que en 2009 desafió a Nadal ante todo el mundo en una batalla de cinco horas en Melbourne. Ese Verdasco. El Fernando que no caía cuando se encontraba al borde del precipicio, sino que sacaba su mejor versión.

Verdasco: ''Quiero volver a estar en el Top-10''

El actual, no es Verdasco. La idea es borrarlo, y ya está manos a la obra. Su remontada hacia el 'Top ten' empieza en Quito. Tierra batida, cuadro factible y mentalidad ganadora. Su muñeca zurda debe volver a responder como la de un campeón.

Esta es su primera piedra en el camino hacia el éxito y su deber es pulverizarla. El austriaco Gerald Melzer, su primer rival. El mejor tenis del madrileño quiere volver a salir a escena. El renacer de Fernando Verdasco.