Es todo un clásico en el mundo del tenis. Tras una victoria sorprendente ante un jugador superior, el siguiente partido es muy complicado y suele acabar con derrota. El protagonista de esta historia tan manida fue en esta ocasión, Gilles Simon. El galo cuajó un gran partido en cuartos de final que le permitió eliminar al máximo favorito del torneo, el escocés Andy Murray. Sin embargo, en semifinales no pudo tan siquiera inquietar a Tomas Berdych.

Berdych, a la final sin despeinarse

100% de puntos ganados con primer saque en el 1º set

En apenas 1 hora de juego, el checo rubricó su pase a la final del ATP 500 de Rotterdam. Imperial con su servicio sin ceder su saque en todo el encuentro, y jugando con una entereza y displicencia sorprendente, Berdych fue un hombre jugando contra un niño. Simon no pudo desplazar en ningún momento de la pista al checo, y cometió demasiado errores no forzados fruto de la desesperación.

Berdych presenta sus credenciales para erigirse en campeón del torneo, y espera al vencedor de la otra semifinal, que disputarán Wawrinka y Raonic. Rotterdam parece ser el territorio fetiche del checo, que ya se proclamó campeón en 2014. Si es capaz de mantener este nivel de juego durante las próximas semanas, Tomas puede optar a todo.