Tras unas semifinales no aptas para cardiacos, en las que tanto Nishikori como Anderson tuvieron que remar contracorriente ante l0s locales Querrey y Young respectivamente, el nipón mostró una clara superioridad en la final, ante un Anderson algo lento de piernas, y que no pareció en ningún momento capaz de inquietar la hegemonía del japonés.

Anderson flaqueó en momentos importantes

Nishikori comenzó algo dubitativo el encuentro, pero pronto se repuso y adquirió ventaja en el marcador. El 80% de primeros saques con los que jugó el sudafricano, no fueron suficientes para contrarrestar el gran nivel de Nishikori al resto. Tras un primer parcial de máxima igualdad, el japonés logró decantar la balanza a su favor con un mayor aplomo en los momentos cumbre.

Gran segundo set de Nishikori, sin bolas de break en contra

Esto lo acusó notablemente Anderson, que volvió a ceder su servicio en los primeros compases del segundo set. Navegando con viento a favor, Nishikori fue un veloz galeón que no encontró freno. Anderson no pudo forzar ni una sola pelota de rotura en la segunda manga.

El japonés necesitó de cuatro bolas de partido para cerrar el encuentro y proclamarse campeón, cerrando así de la mejor manera posible, una semana con ciertos altibajos, como los mostrados en sus partidos ante Harrison y Querrey, pero que el nipón supo sacar adelante con mucho oficio y templanza.