Un partido de tenis resulta en ocasiones un pequeño mundo aparte, una burbuja en que se desarrollan todas las emociones que los seres humanos vivimos durante años, en apenas unas horas. Nerviosismo, miedo, alegría, exaltación, enfado, felicidad y tristeza. Hoy Garbiñe, tras tres horas de dura batalla, salió de la pista impregnada de tristeza al sucumbir al tenis de Pliskova en una batalla sin parangón.

Partido dramático con muchos altibajos

Siempre a remolque durante el 1º set, la española

Unas semifinales de un torneo Premier como el de Dubai nunca son un partido fácil. Garbiñe acudía con la confianza por las nubes tras su excelsa victoria ante Carla Suárez. Sin embargo, un viento huracanado y racheado hicieron volar el aplomo y la confianza de Garbiñe durante los primeros compases del encuentro. Con una bola "traviesa", y una jugadora en gran momento de forma al otro de la pista, como es Pliskova, Muguruza sufrió muchísimos con su servicio durante los primeros juegos, hasta que acabó entregándolo en el sexto, en la que era la décima bola de break a favor de la checa. 

Garbiñe acumuló 30 errores no forzados en la 1ª manga

Multitud de errores acumulaba la raqueta de la española, que no era capaz de desplegar su juego incisivo y, para más inri, veía cómo Pliskova la movía a su antojo. Las nueve dobles faltas de Garbiñe acumuladas en el primer set, dan una clara muestra del estado de nerviosismo en que estaba sumida la española.

Reacción de campeona de Muguruza, en el 2º parcial

La española no concedió ni una bola de break

Tras desaprovechar dos claras oportunidades para nivelar el encuentro y perder el set 6-4, la hispanovenezolana lucía un semblante adusto y preocupado, y se mostraba tan ansiosa en pista como en las conversaciones con su entrenador, Alejo Mancisidor, durante un descanso. Se escuchó a Garbiñe quejarse de su mal juego y no explicarse a qué se debía. Ésta actitud que suele conducir al fracaso, sirvió de retroalimentación para Garbiñe, que estuvo imperial al servicio durante el 2º set, y que logró romper el saque de Pliskova a la séptima oportunidad que tuvo. 5-7 para la española que se metía de lleno en el encuentro.

Lo que pudo ser y no fue

Cinco bolas de break perdidas condenaron a la española

Esta expresión tan utilizada en la vida y aplicable a todos los partidos de tenis, adquirió su máxima expresión para Garbiñe en una 3ª manga que parecía favorable para la española. Pliskova daba síntomas de cansancio y desasosiego tras la pérdida del 2º parcial, mientras que Garbiñe comenzaba a deslumbrar con su juego alegre, y lograba golpes ganadores. Pero esta aparente superioridad en el juego, no se reflejó en el marcador. Muguruza envió a la red dos bolas con su derecha en los dos puntos de break de los que dispuso durante el octavo juego del set. Pliskova se vino arriba al salir indemne de tan compleja situación, y aprovechó una total desconexión de Garbiñe en el undécimo juego, rompiéndole el saque en blanco.

Garbiñe cometió demasiado errores no forzados (59)

El drama continuaría, minando aún más la moral de la española, que llegó a disfrutar de un 0-40 para llevar el encuentro al tiebreak definitivo. Sin embargo, malgastó las tres opciones y acabó cediendo al empuje de Pliskova. 

Constituye ésta una derrota muy dolorosa para Muguruza, que no podrá quitarse el partido de la cabeza en un tiempo. No obstante, la española ha de ver que a pesar de no jugar hoy a buen nivel, ha estado muy cerca de lograr la victoria. Este partido ha de ser a medio-largo plazo, una fuente de aprendizaje, y nunca de desesperación y rabia. Pliskova logra así el pase a la final del torneo, donde se enfrentará a la ganadora del duelo entre Halep y Wozniacki.