Mucho se especula sobre las fragilidades de Nadal en este 2015, y numerosas son las opiniones vertidas sobre su futuro. Pero el manacorí parece saber aislarse a la perfección de este entorno "tóxico", y no muestra más que ilusión y ganas de mejorar. Si a esta actitud se le suma el talento innato del jugador español, Nadal pronto volverá a levantar títulos. Ante Almagro puso la primera piedra para que sea Miami la ciudad que le vea de nuevo como campeón.

Motor diésel de Nadal

Le está costando al jugador balear entrar con fuerza en los partidos; acostumbrado a poner tierra de por medio desde el inicio, Nadal no está logrando plasmar su mejor juego en los primeros compases de los partidos. Sin embargo, los muchos meses de ausencia de las pistas de Almagro, hicieron que el murciano tampoco entrara pronto en calor.

Inicio titubeante de ambos, del que salió beneficiado Nadal

Con ambos jugadores midiéndose desde la distancia, Almagro encadenó una serie de errores no forzados en el 3º juego, que le condenaron a ceder su saque. Tuvo tres oportunidades de revertir la situación, ante un Nadal más dubitativo de lo habitual. Con 5-4 a su favor y saque, Nadal desperdició dos bolas de set, y concedió una pelota de break tras una doble falta. Ahí es dónde se percibió que Almagro no está aún en forma; no tuvo la mordiente necesaria al resto, ni la fe en su propio tenis, para lograr igualar el marcador.

Después de que Nadal lograra escabullirse de su presa, haciéndose con el 1º set, todo fluyó con más facilidad para el manacorí. De nuevo en el 3º juego, el balear rompió el saque a un Almagro para el que la montaña se antojó demasiado alta.

Almagro no tuvo ni una bola de break en el 2º set

Falto de ritmo, y carente de confianza en su propio tenis, un jugador tan temperamental como Almagro y con tanta rabia y carácter, transita por la pista cabizbago y manso. Nadal fue inmisericorde con el murciano, mostrando un buen nivel tenístico durante todo el 2º parcial, y acabando con un contundente 6-2.

Camino sin prisa pero sin pausa

Todo se magnifica desde fuera; es muy probable que los medios de comunicación y aficionados estén más preocupados que el propio Nadal por sus derrotas en cuartos de final tanto en Australia como en Indian Wells. Pero el manacorí es lo suficientemente maduro como para saber que todo pasa por sus piernas y su mente; dotando de intensa movilidad a las primeras, y de confianza y solidez a la segunda, Rafa volverá a ser difícilmente vencible.

Ganar partidos ayuda en ambas cuestiones, y la victoria frente a Almagro será un acicate más en la progresión del balear. Verdasco o Duckworth serán las próximas piedras en un camino arduo pero ilusionante.