Partidazo de locos el que protagonizaron Tommy Robredo y Alexandr Dolgopolov, quien venció 7-6 (1), 3-6 y 5-7 al español en su debut en el Masters 1000 de Miami y primer duelo entre ambos. El ucraniano, tan irregular como acostumbra, reinó en la locura que él mismo impuso, desplegando un tenis de altísimo nivel que terminó por doblegar al catalán, que luchó sin cuartel hasta el final.

Control y orden, las bazas de Tommy

Alexandr Dolgopolov sigue siendo una caja de sorpresas, con una calidad al alcance de muy pocos, pero una cabeza que no acompaña a su tenis. Hoy la moneda cayó de cara y tumbó al español Tommy Robredo. El ucraniano salió indemne de una locura que dio paso  a un auténtico partidazo con golpes y destellos propios de la élite. 

Pésimo comienzo del español, que a pesar de llevar la iniciativa de los puntos, no triunfaba en los peloteos y cedía su saque, encontránda las primeras de cambio 3-0 abajo. Sin embargo, el catalán tiró de paciencia y solidez para igualar el duelo. Ningún jugador era capaz de quebrar el servicio del rival hasta que llegaron los momentos críticos del partido. Cuando el ucraniano mandaba 6-5 y se encontraba al resto para poder Dolgopolov desaprovechó un 0-30 para ganar el setcerrar la manga, se encontró con un 0-30 favorable para poder sellar el set. Pero el catalán levantó con maestría y mandaba el primer parcial al tie-break.

Entre lamentos y aspavientos del ucraniano, Robredo venció en el tie-break con un contundente y rápido 7-1Dolgopolov, aún lamentando la magnífica ocasión desaprovechada, perdió el desempate en un visto y no visto. Entre aspavientos, gritos y lanzamientos de raqueta, Robredo no tuvo piedad y se adjudicó el tie-break de la primera manga por un severo 7-1. Golpe anímino importante el que asestaba el catalán a Dolgopolov del que, difícil parecía que fuese capaz de reponerse.

Dolgopolov: de las lamentaciones al júbilo

Tras ceder la primera manga sumido en un mar de dudas, el partido parecía abocado a su final y con color español. Pero Dolgopolov aún no había dicho su última palabra. Rompiendo con sus fantasmas del pasado, el ucraniano demostró estar capacitado mentalmente para levantar situaciones adversas. Lejos de asumir la derrota, el número 65 del ranking ATP, comenzó a deslumbrar a los espectadores con un efectivo repertorio de precisos golpes. 

Como si de un vendaval se tratase, el ucraniano borró a Robredo de la cancha. Mostrándose mucho más solvente con su servicio y rompiendo el servicio del español por primera vez en el encuentro, Dolgopolov Dolgopolov deslumbró con su mejor versión para igualar las tornasconfirmó el quiebro y dejó medio cerrado el segundo set. 3-0 arriba y con la
confianza por las nubes, el resto de la manga transcurrió con un guión previsto, ambos tenistas manteniendo sus saques y el parcial cayendo del lado del ucraniano. 6-3, la contienda se igualaba.

Robredo no fue capaz de cerrar el encuentro a pesar de conseguir un tempranero 'break' Raquetas por todo lo alto para afrontar el último asalto, que empezó de forma soñada para el español. Un 'break' a las primeras de cambio y su consiguiente confirmación le llevaban a liderar 2-0 el parcial. Sin embargo, el ucraniano se anotó los próximos tres juegos para dar la vuelta al marcador. La falta de consistencia al servicio de ambos jugadores en los primeros juegos del tercer set dio paso a la seguridad y a un tenis de altos quilates.

Cuando el marcador reflejaba un igualado empate a cinco y los winners se sucedían a un lado y otro de la cancha, Dolgopolov logró sacar adelante su turno de saque. El público disfrutaba con un nivel superlativo que bien podrían estar desplegando los número 1 y 2 del mundo. 6-5 mandaba el ucraniano quien, como si de un reflejo del primer set se tratase, se encontraba con oportunidad de cerrar el set -y esta vez el partido- al resto. Pero esta vez el desenlace fue muy distinto.

Robredo solo jugó con segundos servicios en su último turno y firmó un pobre 58% de puntos con primeros El ucraniano afinó la puntería y dio un pase al frente, restando con una agresividad inusitada que hizo temblar a un endeble Robredo que jugó todos los puntos del juego definitivo con segundo servicio. Demasiadas concesiones para un jugador que atesora la categoría de Dolgopolov, que esta vez no perdonó. 7-5, juego, set y partido.

Tommy Robredo cede a las primeras de cambio en su debut en el Masters 1000 de Miami. De menos a más, el catalán pasó de controlar el partido y el marcador, a sumirse en la locura de Dolgopolov. Nadie mejor que el ucraniano para reinar en un vaivén autoimpuesto7-6 (1), 3-6, 5-7; el número 65 del ranking ATP tumbó al español que, a pesar de este varapalo, está firmando un gran comienzo de año.