Se esperaba un partido igualado, con peloteos intensos, saques dañables y restos inapelables. Y así fue, pero solo en una primera manga que se disfrazó del circuito WTA por momentos dejando hasta seis roturas de servicio a pesar de decirse en un tiebreak para el español. Tras ello, un Simon totalmente hundido por haber perdido un primer set que tenía en sus manos, veía como David Ferrer sacaba su corriente más mortífera para aplicarle un duro correctivo (6-0).

Una montaña rusa con destino a Jávea

El duelo mostró una cruda igualdad desde el primer intercambio. Dos tenistas de características totalmente homogéneas se veían las caras por una plaza en los cuartos en Miami. Gilles Simon fue el primero en golpear, pero no fue más que el principio de una interminable lista de opciones de rotura convertidas. Con 2-1 a favor del francés, Ferrer le devolvía el break para dar paso a otros tres servicios consecutivos en los que el resto superó al saque. Muy del circuito femenino, pero tampoco extrañaba con dos jugadores de semejante perfil tenístico.

Hasta seis roturas de servicio en un alocado primer set

Los idas y venidas en el tenis de ambos jugadores ya resultaba hasta grotesco. Nadie se imponía al servicio, teniendo que esperar al noveno saque del encuentro para ver un juego ganado por el sacador sin conceder a su oponente punto alguno. Con 5-4 y saque para el francés, el alicantino evitaba que cerrara la primera manga y se metía de lleno, al fin, en el partido. Todo se decidiría en la muerte súbita tras ello. El tiebreak continuó con la inestabilidad reinante: hasta siete 'mini-breaks' en los doce puntos disputados. Un flagrante error de Simon en una pelota a media pista, decidió la inusitada primera manga hacia David Ferrer.

Ferrer machaca a la sombra de Simon

Todo lo ocurrido en el final de la primera manga, derrumbó la moral y el tenis del francés. Ya nada le funcionaba...ni la cabeza, ni sus propias piernas, ni el resto y ni muchísimo menos el servicio. Ante ello, David Ferrer encendió su interruptor de apisonadora y pasó por encima de su contrincante. Simon ya no estaba en pista, una sombra de él mismo era la que apenas corría por la pista de Miami.

Si el primer set se cerró en más de una hora y diez minutos, este segundo llegaría mucho antes a puerto. Ni media hora estuvieron en pista para que Ferrer endosara un duro 'rosco' (6-0) y se plantara por cuarta vez en su carrera en los Cuartos del Masters 1000 de Miami. La fortaleza de David Ferrer da partidos, y quien sabe si en un torneo como este da alegrías mucho mayores.