Una ola de tristeza y decepción recorrió las gradas de la pista central del torneo de Houston, cuando Lleyton Hewitt se dirigía a los vestuarios, cabizbajo y exhausto, después de casi tres horas de intenso tenis contra Go Soeda. El australiano se despedía emocionado de una grada que le apoyó en todo momento, y supo reconocer que se encontraba asistiendo a los últimos raquetas de un jugador histórico en este torneo.

Sumido en una especie de "gira de despedida", Hewitt se afana en seguir dando guerra en el circuito. Su talento innato y enorme competitividad, le reportan un nivel de peligrosidad muy alto durante unos 90 minutos de partido; después, el abismo se abre ante sus pies. Le ocurrió en el Abierto de Australia, donde cayó ante Benjamin Becker después de hacerse con los dos primeros parciales, y le ha ocurrido en Houston ante Go Soeda. Hewitt quiere, pero no puede. Las piernas le están diciendo basta, aunque su cabeza quiere más. 

Hewitt tuvo bola de partido

Bajón físico y moral del australiano, tras no aprovechar sus oportunidades

Todo parecía indicar que el australiano se haría con el encuentro; después de hacerse con el 1º set por 6-4, la 2ª manga discurrió por los cauces de la máxima igualdad, con tres breaks por parte de cada jugador que condujeron el encuentro al tiebreak. En este tránsito a la muerte súbita, el de Adelaida llegó a servir para ganar el partido y tuvo una bola para imponerse. Ante la desesperación del público local, volcado con el ex-número uno del mundo, Soeda logró resurgir de sus cenizas, y remontó el encuentro, aprovechando el bajón físico y mental de Hewitt en la 3ª manga.

Próximos eventos de Hewitt, aún sin confirmar

A expensas de confirmación oficial, es muy probable que Lleyton dispute alguno de los eventos de la gira europea sobre tierra batida, con el objetivo de alcanzar la centena de victorias sobre esta superficie, que le convertirían en el séptimo hombre de la Era Open en alcanzar las 100 victorias tanto en hierba, superficie dura y arcilla.

Los signos halagüeños dados por su tenis en 2014, con el título de Newport entre ellos, no parecen tener continuidad en este 2015, por ahora malo para el australiano, que no está pudiendo despedirse de las pistas como un campeón de su talla se merece.