El ocho veces campeón y rey en estas pistas del principado de Mónaco. Llegaba a esta cita sin tener buenas sensaciones sobre todo en Miami, donde cayó en tercera ronda. Además, había declarado que mentalmente no estaba tan bien como esperaba pero que llegaba a este torneo con muchas ganas. Debutaba frente a un joven tenista con muy buen arsenal de golpes.

Nadal se pone el úniforme de trabajo

El francés de 21 años, comenzó muy atrevido un duelo en el que quería sorprender a Rafa para que le entraran más dudas. Sin embargo, en aquellos primeros juegos de trance en los que investigas al rival la primera vez que te enfrentas,el número español logró estar sólido en el fondo de pista sin dejar a Pouille que le metiera miedo al resto.

A medida que el partido avanzaba, la superioridad de Nadal en el fondo era notable y el francés se veía obligado a hacer cambios de ritmo en los que muchos errores no forzados, también aparecieron por ansiedad. Eso lo aprovechó el número cinco mundial para lograr el primer break del partido.Ayudado por errores de Lucas y trabajando mucho para ganar los puntos, el éx número uno del mundo logró un break que le valió para sentenciar el set por 6-2.

Estaba defendiendo francamente bien el balear, pero se le echaba de menos ese juego de ataque con su derecha buscando las líneas con esos golpes cruzados. Ese juego ofensivo apareció forzando a Pouille y obligando a recular al francés en puntos donde los tenía dominados. También lo aprovechó Nadal, para romper por tercera vez e irse hasta un claro 1-4.

Cada vez se iba gustando más y Pouille se iba viniendo abajo ya que el francés no estaba jugando mal. Quiso hacer un juego ofensivo pero se topó ante un Rafa que estuvo muy solido. Terminó rompiendo el saque y después consolidó su servicio para terminar por 6-1.

Troicki o Isner en octavos

El serbio y el estadounidense se medirán por un hueco en octavos de final. El que se lleve ese duelo se medirá al número cinco del mundo. Sea quien sea el que gane, será un hueso duro para Rafa.

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