Los duelos entre jugadores jóvenes y experimentados suelen resolverse bien gracias a la inercia de la voluntariosa juventud o a la consistencia que otorga una trayectoria sólida en el circuito. Ante este panorama se presentó este mediodía el inexperto tenista sueco Elias Ymer, reciente verdugo de Nick Kyrgios, para batirse ante el veterano David Ferrer. Un Ferrer que, además de su vasta experiencia en la ATP, también destaca por su espléndida regularidad y su fortaleza mental que, en multitud de ocasiones, lo han alzado más allá de lo que su capacidad técnica podría haber imaginado.

Pese a todo, si de algo carecía Ymer era de miedo. El tenista sueco de ascendencia etíope, entrenado por Galo Blanco, saltaba a la pista central del Club de Tenis de Barcelona con ganas de darlo todo y, más que nada, disfrutar ante el rival de mayor entidad al que se había enfrentado en toda su carrera profesional. La pista, imponente, se alzaba a su alrededor y las gradas comenzaban a llenarse, con el obvio atractivo del número dos español que, a su vez, es un top ten mundial. Casi nada.

Elias Ymer saltó a la pista algo descentrado. Sus golpes, faltos del ritmo que habían tenido el día anterior ante Kyrgios, se escapaban fuera con frecuencia y permitían a un David Ferrer muy poco intenso colocarse con hasta dos breaks de ventaja en el marcador y asentar un portentoso 5-0 en él que dejaba poco margen a la imaginación. Cuando las gradas empezban a susurrar que el encuentro no duraría mucho, Ymer despertaba. Primero, lo hacía ganando su primer saque del partido. Sus golpes fueron cargándose de carisma, ganando velocidad y confundiendo a un Ferrer que empezaba a demostrar que tampoco vivía su mejor día. De la misma manera, Ymer acababa rompiendo el saque de Ferrer y llegando a ponerse 5-3 en el marcador. Sin embargo, el tenista de Jávea no iba a permitir que la situación se complicase más. Seguro al saque, se agenciaba la primera manga sin mayores complicaciones.

Premonición con garantías

La recta final del primer parcial, sin embargo, era un anticipo de lo que sería la primera parte del segundo set. Con un Ymer excepcionalmente enchufado y un Ferrer que no acababa de encontrar su lugar en la pista, los breaks comenzaban a caer como gotas de agua del lado del jugador nórdico. Ymer, con la cabeza siempre baja, le pegaba a la pelota con fiereza, y mostraba una confianza digna de un tenista que suma años en la élite. Siguiendo esta tónica, el sueco llegaba a colocarse con un impecable 4-0 en el electrónico del segundo parcial. 

Restando para evitar el 5-0, Ferrer decidió que el partido no podía seguir por esa dirección. El alicantino avanzó sobre la pista, comenzó a no cometer fallos y obligó a Ymer a ir al límite. Recuperó la primera rotura sin complicaciones y la segunda forzando algo más la máquina. Con un Ymer abatido, Ferrer rompió el saque de su rival por tercera vez consecutiva, ante el júbilo del público, y terminó llevándose la manga y el partido con un 6-4 que dejaba clara la influencia de la fortaleza mental en un deporte como el tenis

De esta forma, David Ferrer consigue su clasificación a los cuartos de final del Barcelona Open Banc Sabadell 2015, en la que se enfrentará al vencedor del encuentro que se disputará esta tarde entre Benoit Paire y Philipp Kohlschreiber. Por su parte, Elias Ymer se despide de Barcelona habiendo realizado un torneo espectacular apenas dos semanas más tarde de cumplir los 19 años de edad. Su futuro parece mágico. Y su presente, al menos, verdaderamente esperanzador.

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Sobre el autor
Adrián Viéitez
Periodista vigués. Colaboré con la edición española de VAVEL.com entre abril de 2013 y enero de 2016, cubriendo la información del Celta de Vigo. Además, colaboré asiduamente con as secciones de Tenis, Premier League y Cine.