El trofeo Conde de Godó 2015 ya tiene dueño. Y no es otro que el mismo del pasado año: el japonés Kei Nishikori. Un colofón magistral para un torneo impecable por parte del tenista asiático. Un triunfo lleno de merecimiento que consagra un estilo de juego que, encabezado por el número uno Novak Djokovic y el propio Nishikori, comienza a asentarse de forma exitosa en el circuito ATP. Un tenis basado en dar el máximo en los puntos clave, no dejar que el rival se crezca mentalmente y mantenerse firme con el golpeo desde el fondo de pista durante encuentros completos, sin importar las variaciones del marcador que tanto afectan a la mayoría de tenistas.

Sin embargo, el camino que Nishikori ha tenido que recorrer para defender el título que el pasado año consiguió ante Santiago Giraldo no ha sido fácil. Y, en esa misma tónica, la final del torneo ha sido una travesía no exenta de obstáculos para el japonés, quien ha tenido que sobreponerse a la extraordinaria forma de Pablo Andújar para sumar el segundo Open Banc Sabadell a sus vitrinas. El tenista manchego, que llegaba eufórico tras derrotar a cuatro cabezas de serie (incluyendo a David Ferrer) de forma consecutiva, fue un rival de alta magnitud para un Nishikori que se confirma como uno de los jugadores más en forma del circuito ATP y alcanza la recta final de la temporada de tierra con la moral por las nubes.

La final se presentaba como un acontecimiento extraordinario en la pista central del Real Club Tenis de Barcelona. El estadio, que durante toda la semana no había conseguido llenarse a excepción de un par de encuentros como el Nadal-Fognini o el propio Andújar-Ferrer, mostraba una apariencia de lleno absoluto ya diez minutos antes del comienzo del partido, con ambos tenistas calentando y el público exaltado desde el inicio. Mohamed Lahyani ocupaba el puesto de juez de silla, y tanto japonés como español se preparaban, bajo el sol barcelonés, para disputar el encuentro que decidiría al campeón.

Preámbulo de la guerra

Con Nishikori algo verde, el conquense aprovechó para asestar un break inicial al japonés, que contribuía de forma directa a ello cometiendo algunos errores inesperados desde el fondo de pista y apenas introduciendo algún primer saque. Sin embargo, la alegría sería sólo pasajera para un Andújar que encajaría un contrabreak por parte de su rival en el juego siguiente, en el que Nishikori comenzó a jugar profundo y plano como acostumbra. De ahí en adelante, el parcial se convirtió en una bonita batalla entre dos tenistas intercambiando peloteos desde el fondo de la pista, la mayoría de ellos eléctricos y cargados de dinamismo.

Pablo Andújar salvó una pelota de rotura clave con 4-3 para Nishikori y logró, de esta forma, mantener la igualada en el marcador. Sin embargo, con el japonés dominando 5-4 y restando, el conquense no pudo repetir el guión de su servicio previo y acabó cediéndolo ante un Nishikori extraordinariamente agresivo desde el fondo, golpeándole a la pelota con un acompasadísimo movimiento corporal y acertando de línea en línea ante la impotencia de un Andújar que, pese a desarrollar su mejor tenis y hacer explotar al público en aplausos en más de una ocasión, no lograba penetrar en el rocoso juego de fondo de su sólido adversario.

Andújar, antes de haberse dado cuenta, estaba ya una manga por debajo de Kei Nishikori, un tenista que apenas denotaba emoción al otro lado de la pista, haciendo su trabajo de forma silenciosa y soltando el puñal en el momento certero para desmontar al español. El público, sin embargo, llevaría en volandas a su pupilo, que repetía la gesta del primer set y rompía el saque de Nishikori de salida, para colocarse con 2-0 y emprender la cruzada de enviar el encuentro a un crítico tercer set. Sin embargo, el océano que suponía vencer un set a un Nishikori tan entonado acabaría siendo demasiado para un Andújar que, pese a las circunstancias, continuaría celebrando cada punto, cada intercambio ganado, cada error de su rival.

El español lograría mantener su servicio hasta colocarse con 4-3 a favor y saque para sumar su quinto juego del set. Sin embargo, Nishikori le rompería el saque en ese momento y ganaría el suyo a continuación, dando, de esta forma, la vuelta a la tortilla y colocándose con resto para ganar el partido. En su último servicio, Pablo Andújar comenzaría con 30-0 a favor después de dos winners sensacionales que volvieron a despertar el júbilo de los espectadores. Pero el plan de Nishikori seguía el guión que él había escrito. Aprovechándose de dos errores de Andújar y un gran intercambio de golpes que acabaría venciendo, el japonés se colocaba con pelota de partido. Y se la llevaba con un extraordinario winner de revés paralelo que dejaba seco al conquense.

Nishikori alzaba sus brazos en dirección al cielo barcelonés, celebrando una victoria que lo deja a las puertas de desbancar a Rafael Nadal como número cuatro pero que, sobre todo, lo confirma como un firme candidato a asaltar los próximos tres torneos de tierra que se avecinan: Madrid, Roma y Roland Garros. Mientras, Andújar se despedía de Barcelona tras una semana de ensueño que, sin embargo, no conseguía cerrar de forma dorada con un título. Y es que Barcelona, al menos de momento, continúa siendo territorio nipón.