Al que muchos tildan del mejor tenista español de la historia, y otros lo extienden a todos los ámbitos deportivos asegurando que es el mejor deportista español de todos los tiempos, no está pasando por el mejor momento de su carrera. Desde que al de Manacor le comenzasen a fallar sus rodillas producto del gran esfuerzo físico al que se ven sometidas, no ha vuelto a arrasar en las pistas con la contundencia que todos recordamos, cuando hablar de tenis era casi como hablar únicamente de Nadal. Los problemas del español se acrecentaron y se le diagnosticó la enfermedad de Hoffa, una enfermedad crónica que consiste en una inflamación de la zona del tejido graso que se extiende por debajo del tendón rotuliano. El diagnóstico de esto le hizo renunciar al abierto de Estados Unidos en el 2013.

El estado de Nadal no ha ido decreciendo paulatinamente, sino que había momentos en los que el mallorquín no conseguía sacar los partidos adelante y, la temporada siguiente, parecía que volvía a ser el mismo tenista de siempre. Este estado de luces y sombras provocó que su posición en el ranking ATP fuese variando cada temporada. Desde su lesión en la rodilla estando en lo más alto del ranking ha llegado a caer hasta la quinta posición esta temporada, en el 2012 ocupba la tercera posición y se produjo un repunte en el rankin; al final del 2013, volvía a estar en el escalón más alto del ranking. El 2014 no fue un buen año para Rafa y terminó la temporada siendo la tercera mejor raqueta del mundo y, lejos de despejar las dudas sobre su estado de forma, las incrementó más.

El 2015 comenzaba con dudas para todos los aficionados al tenis e incluso para el propio Nadal. El fracaso y los fantasmas aparecieron a la primera de cambio. Nadal disputó el primer partido del año en el torneo de Doha y le tocó enfrentarse en primera ronda contra el alemán Michael Berrer. El tenista teutón dio la gran sorpresa y se impuso a Rafa en tres sets dando la sorpresa del torneo y dejando entrever el año que le podía esperar al tenista español. En el primer Grand Slam del año, el Abierto de Australia, Nadal dio muestras de mejora en su juego y cayó es cuartos de final contra el italiano Fognini que se impuso con relativa facilidad al español.

Nadal avanzaba rondas pero su físico, bastante mermado, no aguantaba la intensidad de tantos partidos. Después de Australia comenzó la gira americana en el torneo de Rio de Janeiro. Allí llegó a semifinales donde volvió a caer contra Fognini. El llegar tan lejos en Brasil, al ser un ATP 500, le permitió mantener su puesto en el ranking. En Brasil jugó su primer torneo sobre arcilla y se le notaba más cómodo aquí que sobre cemento. Nadal viajó al país vecino, Argentina, donde se llevó el torneo de Buenos Aires con contundencia en una final contra Juan Mónaco. Este ha sido el único torneo hasta el momento del 2015.

Tras la victoria en Buenos Aires, Nadal afrontaba el primer Master 1000 de la temporada, el torneo de Indian Wells. En las pistas de California Rafa avanzó hasta cuartos de final, aquí se enfrentó al canadiense Raonic. El partido estuvo dominado en todo momento por el español que disfrutó de dos bolas de partido; Nadal no logró hacer factibles estas bolas y al final terminó perdiendo el partido. A la decepción de Indian Wells le siguió otra decepción en el Master 1000 de Miami. La participación de Nadal en este torneo tuvo sabor español ya que logró vencer en primera ronda a Almagro y cedió en segunda ronda contra otro español, Fernando Verdasco.

La prematura derrota en Miami le hizo caer dos posiciones en el ranking ATP y llegó hasta la quinta posición. El de Miami iba a ser el último torneo de Rafa sobre pista dura, el español comenzaría la gira europea sobre tierra batida, su superficie favorita. El primer torneo de esta gira fue otro Master 1000, esta vez el de Monte Carlo. En las pistas del principado vimos una versión mejorada del tenista que disputó los torneos en Estados Unidos. Nadal, sobre la tierra de Mónaco, alcanzó las semifinales donde perdió contra Djokovic, primera raqueta del mundo y tenista que se acabó llevando el torneo.

El tenista mallorquín llegaba como primer cabeza de serie y como un favorito, junto a Nishikori, al Conde Godó. Nadal ha ganado ocho veces el torneo de Barcelona y llegaba con muchas posibilidades de lograr la novena. Pero llegó otra decepción contra su talón de Aquiles esta temporada: Fognini. El italiano acabó con Nadal en dos sets y volvió a atraer los fantasmas que ensombrecen la figura del español.

Las dudas sobre el estado de forma de Nadal siguen estando presentes en cada pista que pisa. Este año el español tiene un balance de diecinueve victorias y siete derrotas. En tierra batida Rafa sigue mostrando su mejor versión y eso augura esperanzas al tenista español. Sin grandes rivales como Djokovic o Federer, a priori, Nadal tiene un camino factible para llegar, por lo menos, a las semifinales. El mallorquín parte como cabeza de serie en Madrid y el público español tiene las esperanzas puestas en él.

De seguir su progresión en tierra batida, salvando el tropiezo contra Fognini en Barcelona, Nadal es uno de los tenistas a tener en cuenta a la hora de hablar de un ganador del torneo. Las expectativas puestas en él son muy altas y todo lo que no sea llegar a la final será una decepción para el público de la Caja Mágica en particular y del tenis mundial en general. Nadal tiene todas las esperanzas puestas en el torneo de la capital, pero como él asegura: sus aspiraciones dependerán del estado de sus rodillas, de si su físico responde como él quiere que responda.