Una de las grandes virtudes de María Sharapova es su capacidad para jugar a un nivel muy alto durante mucho tiempo, y sin tener en cuenta la rival que tiene enfrente ni cómo transita el marcador. Sharapova luce como un robot programado para no bajar ni un ápice el listón, y eso la hace ser una jugadora indomable y con una actitud ganadora inauditas. Jugaba así hace más de diez años cuando ganó en Wimbledon, y también lo hace ahora, en plena madurez.

Apabullante Sharapova

Nada pudo hacer Mariana Duque-Mariño. Con mucha menor potencia en sus golpes que la rusa, la colombiana fue una marioneta en manos de Sharapova. Fue encomiable su actitud durante todo el encuentro, intentando variar los ritmos con dejadas y golpes a distintas velocidad y alturas, pero nada podía inquietar a una colosal Sharapova. No obstante, la colombiana ha de irse contenta del torneo, al haber obtenido su mejor resultado en el mismo, y haber dado una buena versión, sobre todo en el segundo set.

El antecedente más reciente de enfrentamiento entre ambas se produjo esta misma temporada en Acapulco, donde el resultado fue el mismo, con un guión muy similar al visto hoy en Madrid. Y es que Sharapova es una jugadora difícil de sorprender si no se cuentan con muchas armas. Comienza con contundencia la defensa del título logrado en Madrid en 2014 la rusa, que aspira a revalidarlo y llegar con la confianza necesaria a Roland Garros.

La rival de la rusa saldrá del duelo entre Pliskova y García

Mucho más difícil será el encuentro que habrá de afrontar Sharapova en tercera ronda. No se podrá relajar María, que aún recordará su derrota en dicha fase en el año 2011, ante Cibulkova. Tanto García como Pliskova son dos de las jugadoras más en forma del circuito WTA y con una proyección más halagüeña, por lo que cualquiera de ambas jugará con total descaro ante la jugadora rusa.