Casi se vuelve a repetir la historia de la pasada temporada. El suizo, actual número 9 del mundo, había salió derrotado a las primeras de cambio en el torneo madrileño tras sucumbir ante Thiem. Este año, el portugués Joao Sousa hizo pensar en fases del partido, que este hecho podía volver a repetirse.
Wawrinka, sin concentración en los compases iniciales
Un "break" tempranero rubricó el buen juego con el que inició el partido el jugador portugués. El suizo no aguantaba más de tres o cuatro peloteos mientras que a Sousa le bastaba con un potente servicio y cierta consistencia en el fondo (acabó el primer set con un 82% de puntos con primer saque).
Con 3-2 a favor de Joao, el suizo desaprovechó dos pelotas de rotura de manera inexplicable. A Wawrinka esta oportunidad perdida le pasó factura mentalmente y casi cede su saque de nuevo lo que hubiera dado mucha ventaja a su rival.
Finalmente, la rotura acabó cayendo del lado del jugador de Lausanna, consiguiendo igualar el encuentro.
El número 56 del mundo acusó el golpe de verse vencedor de la primera manga y cedió el "tie break" con inmensa facilidad. Un 7-1 que no evidenciaba la igualdad existente a lo largo de todo el parcial.
Tie break decisivo, vuelta a la igualdad
El segundo set, por contra, se mantuvo sin roturas. Con 5-5 iguales, el campeón en Australia vió la ocasión de resquebrajar "la telaraña" fabricada por el jugador luso.
"Break" para el suizo y mucho sufrimiento para anotarse el último juego y, por consiguiente, el partido (donde tuvo que afrontar una bola de rotura que hubiera llevado la manga a un incógnito desenlace). 7-6(1) y 7-5 fue el resultado final
Wawrinka, por tanto, se convierte en el segundo jugador en alcanzar los octavos de final (después de Milos Raonic) y tendrá como rival en la siguiente ronda, al ganador del enfrentamiento entre Fognini y Dimitrov.