Hace ya algunos años que el tenis australiano se encuentra "huérfano" de ídolos. Concretamente desde que el gran Lleyton Hewitt abandonase las plazas de privilegio del Ranking. Lleyton, que obstenta el récord de ser el número 1 más joven de la historia (20 años), es solo el último en la abultada lista de tenistas australianos que pasaron a la historia, auténticas leyendas, números uno todos ellos, que convirtieron al país Oceánico en una de las mayores potencias mundiales del mundo de la raqueta. Hablamos de jugadores como Rod Laver (11 Grand Slams), Roy Emerson o el genio de la volea, Patrick Rafter.

Un país con 29 Copas Davis en sus vitrinas no merece este "vacío". Una nación con un torneo de la talla del Australian Open debe contar con jugadores locales que llenen de ilusión y esperanza las gradas de Melbourne Park.

Es por ello que desde hace algunos años, la federación australiana trabaja concenciudamente con un único objetivo en el horizonte: devolver al tenis aussie al sitio que merece.

Los primeros resultados llegaron de la mano de Bernard Tomic. Bernard deslumbró al mundo del tenis al ganar el Australian Open en categoría junior en 2008, con tan solo 15 años. Bernard se convertía Tomic ganó el Australian Open junior con 15 años.así en el jugador más joven de la historia en conseguir este hito y, como consecuencia, los aficionados australianos depositaron toda la ilusión de un país sobre sus espaldas. Quizá este peso fue demasiado para un Bernard, que aunque es el número uno australiano (28 en la ATP) parece haber visto frenada su progresión, prevista por todos los expertos como meteórica.

Futuro esperanzador: los Special K

Tras el "fracaso" de Tomic, los técnicos de la federación australiana decidieron centrar sus esfuerzos en pulir dos diamantes en bruto. Hablamos de Nick Kyrgios y Thanasi Kokkinakis, nacidos en 1995 y 1996 respectivamente. Ambos jugadores han crecido, entrenado y competido juntos. Incluso comparten sus orígenes griegos.

Desde ya muy temprana edad, Thanasi y Nick, Nick y Thanasi, comenzaron a despuntar en el circuito junior. Los apodados Special K fueron los protagonistas de la final junior del Australian Open 2013, en la que Nick se proclamó campeón. Dos años más tarde, ambos jugadores se han convertido en ídolos locales, en gran medida por su brillante actuación en el primer Grand Slam del año.

Kyrgios saltó a la fama en Wimbledon 2014. Con tan solo 19 años, la joven promesa fue capaz de colarse en los cuartos de final derrotando ni más ni menos que a Rafael Nadal. Antes de este histórico partido, Nick había dejado en la cuneta a tenistas de la talla de Richard Gasquet, número 14 del mundo por aquel entonces.

Pero la última hazaña de Nick pudimos contemplarla hace tan solo un par de semanas. La Caja Mágica fue el escenario donde el aguerrido tenista, con un misil por derecha, derrotó a Roger Federer en un vibrante partido que se decidió en tres tie-breaks. El propio Kyrgios afirmó que está ha sido su victoria más especial, pues el de Basilea es su ídolo. 

Emplazado en el puesto 30 del ranking ATP, Kyrgios es el jugador más joven del top 50 y uno de los más serios aspirantes a ocupar el trono de Djokovic a medio-largo plazo.

Por su parte, Thanasi Kokkinakis se ganó el corazón de los australianos en la última edición del torneo de Melbourne Park. El motivo fue su apoteosica victoria ante Ernest Gulbis, tras cinco sets y cuatro horas de sufrimiento. La celebración posterior con el público de la abarrotada pista 3 fue, sin duda, uno de los momentos más mágicos del torneo.

Si bien es verdad que Kokkinakis está aún "muy verde" en todos los aspectos, fundamentalmente en su físico. Pero Thanasi tiene ya algo muy importante: el cariño de la afición. El espigado jugador, a sus 19 años recien cumplidos, es ya un ídolo para muchos y su carisma empieza a atravesar las fronteras.  Su inmensa capacidad de mejora y su juego versátil son las principales armas de un Kokkinakis que quiere comerse el mundo.

Prototipos de "tenistas del futuro"

Otro de los factores que juegan a favor de ambos y permite soñar a la afición australiana es el estilo de juego de Thanasi y Nick.

En un contexto tenístico en el que cada vez prima más la potencia en los golpes y el físico, los Special K se mueven como pez en el agua. La solidez en el fondo y la potencia son dos de los principales atributos de los australianos.

Otro aspecto destacado es la gran fuerza mental de ambos, algo impropio en jugadores de tan corta edad. Respecto a este tema, Novak Djokovic se refirío a los autrslianos en estos términos: "Han recibido una gran presión en la semana previa al Australian Open. Ganar de la forma que los dos lo han hecho muestra carácter". Si son capaces de mejorar su condición física, y seguro que ya lo están haciendo, Nick y Thanasi están destinados a llamar a las puertas del top ten en tan solo unos años.

Roland Garros, una buena oportunidad

A pesar de que la tierra batida no es la superficie que mejor se adapta al juego de Kyrgios y Kokkinakis, no cabe duda de que Roland Garros es el escaparate perfecto para demostrar su evidente calidad.

Es la primera vez que los dos tenistas coincidirán en el cuadro final del prestigioso torneo. Será la tercera aparición de Nick en París, mientras que Kokkinakis volverá por segunda vez tras caer eliminado el año pasado en la última ronda de la previa. Nick y Thanasi son los encargados de devolver al tenis aussie al lugar en el que nunca debió de dejar de estar. Estaremos muy pendientes.