Jornada importante para las gradas de Roland Garros, ya que la mayoría de sus representante franceses disputaban su encuentro de primera ronda, incluido Gaël Monflis, tenista carismático para la afición gala.

La reacción de Paire llega a tiempo

La representación gala comenzaría en la pista 1 con la entrada en escena de Benoit Paire, un jugador capaz de realizar un tenis de gran nivel o de mostrar un juego paupérrimo que desespera al aficionado. En el encuentro frente a Elias (nº 152 ATP), Paire mostró sus dos comportamientos dentro de la pista llevando el partido a cinco sets y haciendo sufrir al público galo que, en algunos tramos del choque, vio fuera del torneo a su compatriota.

El triunfo se lo acabó llevando el tenista galo por 7-5, 3-6, 6-4, 4-6 y 2-6 donde la clave estuvo en saber variar los golpes ante las dificultades que tuvo Paire para adaptarse a la pista pese a jugar en casa. Un choque donde Elias comenzó con solvencia en su saque y que comenzó a controlar el peloteo obligando a su rival a cometer constantes errores forzados.

Los golpes planos hicieron daño a Elias en el segundo set, algo que le bastó a Paire para empatar el encuentro. Esto evidenciaba que podía llevarse la victoria con la ley del mínimo esfuerzo. Pero no motivó al galo que volvió a ceder otra manga en un día negado con el revés y sin actitud desde el fondo de la pista.

La tendencia cambió en el tercer juego del cuarto set donde tras un juego largo e intenso con varios intercambios, Paire logró la rotura. Ahí cambió su mentalidad y su seguridad, sobre todo con el saque donde cerró en los juegos siguientes su saque en blanco. La bestia salió del nido. A partir de ese momento, el partido fue sencillo para el tenista de Aviñón que no dio oportunidades a Elias de más sustos.

Gilles Simon ofrece una clase de tenis al futuro galo

El primero de los dos partidos entre compatriotas comenzaba en la Pista Central con el aforo lleno apoyando a ambos tenistas. Lucas Pouille, promesa en el tenis galo, desafiaba a Gilles Simon en un escenario especial. Un partido que blindó al aficionado con detalles, pero que se terminó de decantar por la experiencia con la victoria de Gilles Simon por 6-3, 1-6, 2-6 y 4-6.

Pouille es un tenista de pista dura y su servicio se damnificaba con las condiciones de la pista

El inicio del partido comenzó con fuerza y con varias roturas. Pouille fue capaz de quebrar el primer servicio de Simon exhibiendo esa derecha que tantas esperanzas produce en Francia. Sin embargo, Pouille es un tenista de pista dura y su servicio se damnificaba con las condiciones de la pista. Aun así, con sangre fría y acortando los puntos en los peloteos logró llevarse la primera manga (6-3).

La sorpresa no llegaría más allá, ya que a partir del segundo set Gilles Simon mostró su arsenal de golpes desde el fondo de la pista dando escasas opciones al joven tenista de devolver la bola. El segundo set y el tercer set acabaron en el bolsillo del número trece del circuito ATP sin oposición de su rival.

Pouille se animaba en el descanso antes de comenzar el cuarto set. Él sabía que debía de cambiar su forma de jugar, debido a que las paralelas no estaba dando resultado. No obstante, el golpe de perder el servicio a las primeras de cambió agotó el optimismo del tenista galo que, a partir de ese momento, fue a control de Simon llegando a ceder otro servicio. Una clase de aprendizaje de un top-15.

Monfils, una sinfonía de alegría para el público

No obstante, las gradas esperaban a un partido en particular. Otro duelo entre jugadores franceses con el protagonismo especial de Monfils. Su rival, Roger-Vasselin lamentaba en los días previos tener que enfrentarse a su compatriota en la primera ronda. El gran favorito se llevó el triunfo por 6-2, (5)6-7, 6-1 y 7-5.

La motivación es especial en este torneo y Monfils comenzó de manera arrolladora en la primera manga. Un saque plano, sin fuerza, y las diagonales fueron los golpes claves que le sirvieron para llevarse el primer set con suma facilidad.

Empero, Roger-Vasselin quería tener su aplauso y no se rendiría. En un segundo set con poca precisión en aprovechar las bolas de break, la manga se decidió en el tie-break. Un tie-break que cayó del lado del número 123 ATP.

En el tercer set, Roger-Vasselin no apareció y no mostró esa seguridad con el saque mostrada en la manga anterior. Roger-Vasselin obligó a Monfils a jugar su mejor tenis en el cuarto set para ganarlo tras varios intercambios en el marcador, donde al final la firmeza de éste le sirvió para ganar el set definitivo.

Mannarino claudica ante Melzer

Tras sus fracasos en Montecarlo, Madrid y Roma, Mannarino llegaba con ilusión a Roland Garros tras su buena actuación en Ginebra la semana pasada. La afición tenía ilusión en ver un buen torneo del tenista de Soizy. Sin embargo, el tenista galo perdió con claridad ante Jurgen Melzer por (5)6-7, 3-6, (4)6-7.

Un partido igualado donde los pequeños detalles, sobre todo en los dos tie-break, decantaron el partido a favor del austriaco. Un choque que comenzó con dos roturas de saque seguidas y que mantuvo esa dinámica a lo largo de los tres sets.

Solo el segundo set fue plácido para Melzer que aprovechó la poca potencia del saque del galo en arcilla para hacerle daño desde el resto y forzarle a moverse por el fondo de la pista. Además, los golpes de Mannarino se marchaban fuera y los errores no forzados se sumaban con continuidad.

El tercer set tuvo el mejor rendimiento desde el servicio, hasta que el partido se decidió en la muerte súbita y los nervios pudieron con el francés. Un Mannarino que abandona el cuadro con una mala imagen frente a su gente.