Nadie va a descubrir a estas alturas las virtudes de David Ferrer sobre una pista de tenis, pero bien merecen ser glosadas. Y mucho más cuando en cada raquetazo del alicantino, se desprende una energía y una ilusión por ganar que le empujan a ser mejor cada día, y seguir progresando una vez se han sobrepasado los 30 años. Un gran jugador pero, sobre todo, un magnífico competidor es este guerrero de las pistas, capaz de castigar la osadía de un rival que le puso contra las cuerdas, colocándole un parcial de 12 juegos a 1. Sí, así es, como si de un España - Malta se tratara, pero ante un rival que había sido capaz de hacer soltar las alarmas del español, con un excelso juego durante los tres primeros parciales.

Bolelli jugó incomensurable en los tres primeros sets

Magnífico. Solo con adjetivos superlativos como éste se puede definir el partido que ha hecho el italiano Simone Bolelli ante Ferrer. Elegante y preciso, el revés a una mano dota de un toque barroco pero no menos efectivo, el juego del italiano. Salió decidido Bolelli a jugar de tú a tú, aceptando el desafió y sabiendo que debía bordar el tenis para poner en aprietos a uno de los mejores del mundo en tierra batida.

Primer set para Ferrer tras un despiste del italiano

Y lo bordó. En un primer set tremendamente igualado, el italiano tuvo una opción de break que desaprovechó, y la balanza acabó cayendo del lado de Ferrer. Pero este parcial no hacía más que dar pistas de la dificultad que iba a entrañar el encuentro. Largos e intensos intercambios, pocos errores de ambos y una cierta velocidad superior en los golpes de Bolelli. El italiano aceptó haber perdido el set en un despiste, y pareció decidido a no volver a tener ninguno.

El español acusó la dureza del primer parcial, tal vez sorprendido por el rendimiento de Bolelli. El de Jávea comenzó la segunda manga algo relajado, y cuando quiso darse cuenta ya iba muy por debajo en el marcador. Realmente, el partido siguió por los mismos derroteros, pero David no supo definir las sietes bolas de break de las que dispuso, algo que le pasó factura mentalmente y reforzó la confianza de Bolleli. Un engañoso 6-1 se dibujó en el marcador.

Bolelli jugó de tú a tú al español todo el partido

El tercer set supuso el clímax del encuentro; un espectáculo protagonizado por dos jugadores de otro tiempo, con capacidad de modificar alturas, velocidades, hacer fabulosas dejadas, correr de un lado a otro y sufrir para ganar cada punto. En el tenis de bandoleros suele ser Ferrer imbatible, pero el estado de excelencia del italiano, con 17 golpes ganadores y 14 errores no forzados, le permitieron tomar ventaja en el marcador, y hacer que todas las miradas se dispararan a la pista 2.

Gradas abarrotadas y público dividido, pero sobre todo, mucha expectación. La sorpresa parecía factible viendo el nivel de juego pero Bolelli, pero no hay que olvidar que esto es tenis, y que la diferencia entre estar en el Top10 y ser el 60 del mundo, sale a la palestra en situaciones de este tipo.

Ferrer se pone el mono de trabajo y obtiene el tenis perfecto

Apareció la versión más rocosa de Ferrer. Realmente emociona a todo aficionado al tenis ver a esta masa de músculos moverse frenéticamente de un lado a otro de la pista, resoplando como si de un toro se tratase y animándose en cada embestida. La emoción suscitada en el graderío solo ha de ser comparable a la intimidación que genera en el rival, que ve cómo los golpes que antes eran ganadores ahora vuelven profundos y fuertes, y hay que seguir trabajando. Una bola más, y otra y otra y otra, y un semblante robótico al otro lado de la pista que es capaz de hacer solo 17 errores no forzados en 13 juegos, de los cuales cedió tan solo uno.

Reacción de campeón que da alas al español

Se podía prever la reacción de Ferrer, pero Bolellí asistía impávido a una exhibición de potencia y fortaleza mental del español, que se asemejó al dragón que despierta tras un largo letargo. Incontenible e inasequible al desaliento, Ferrer se llevó todos los puntos clave, y acabó desarbolando la consistencia de un Bolelli tan magistral en el partido como elegante en la derrota. No remontaba el español una desventaja de 2 sets 1, desde que lo hiciera en 2008 ante Radek Stepane.

Marin Cilic será el  rival en octavos de final

Un pasito más hacia la gloria, con la asignatura pendiente de mejorar muy mucho el porcentaje de oportunidades de break. Ferrer tuvo un 6/23, lo que supone un 26%, algo que hoy le sirvió para ganar pero quizás ante Marin Cilic, próximo rival, le ponga en muchos apuros. La máquina fue forzada pero carburó a la perfección, lo que supone una señal muy halagüeña para los intereses de Ferrer y, por ende, del tenis español.