Resulta paradójico comprobar cómo Garbiñe Muguruza era la jugadora de peor ránking de las ocho presentes en los cuartos de final, pero había una opinión general palpable de que la española tenía muchas opciones de seguir avanzando. Se pensaba que la derrota de Sharapova podría beneficiar los intereses de la española, pero Lucie Safarova no es ninguna novata, y tiene tenis de sobra como para ganar a la gran favorita al título y, apenas 24 horas después, apear a la gran promesa del circuito.

Victoria merecida para Safarova

Por segundo año consecutivo Garbiñe Muguruza se ha presentado en la antepenúltima ronda del torneo, y por segundo año consecutivo ha caído derrotada. La decepción inundaba el rostro de la hispanovenezolana al salir de la pista, sabiendo que se le había escapado una magnífica oportunidad de dar un paso de gigante en su progresión como jugadora.

No obstante, Garbiñe ha de irse con la cabeza bien alta. Lucie Safarova ha practicado un nivel de tenis estratosférico. Intensa de piernas, con golpes muy profundos y con una mentalidad ganadora inasequible al desaliento. Garbiñe estaba deseosa de enfrentarse a Sharapova en aras de tomarse la venganza de la derrota del año pasado, como ella mismo señaló en rueda de prensa tras su partido ante Penneta, y pareció desconcertada al saber que tendría enfrente a Safarova, una de esas jugadoras que más daño pueden hacer a la española.

Primer set al límite en el que Garbiñe levantó seis bolas de break

La checa tiene todas las características propicias para sacar del partido a Garbiñe. Siempre metió una bola más, y no permitió tomar la iniciativa clara de los puntos a la española, obligándola a jugar por detrás de la línea de fondo más de lo recomendable para sus intereses. Muguruza aguantó, y a pesar de no poder hacer su tenis, demostró una gran fuerza mental al superar seis bolas de break en contra, levantando un 0-40 y un 15-40 en el tramo final del set.

Con menor porcentaje de primeros saques de lo recomendable jugó la española todo el encuentro, y eso tuvo consecuencias a largo plazo. El primer set se decidió en el tiebreak, y a la postre, el partido. Y es que tras una hora de dura batalla, se le escapó la primera manga a la española en un par de detalles. El que supuso el punto de inflexión, fue un largo intercambio de 26 golpes, en el que Garbiñe tuvo una derecha a media pista clara para ganar, pero recuperó la checa. Se puso 5-2 arriba y ya fue imposible darle la vuelta.

Semblante adusto de la española, sabiendo del daño que había hecho ésto en su mente. Continúo luchando Muguruza, pero ya no solo lo hacía contra Safarova, sino también consigo misma. Siempre a remolque en el segundo parcial, intentó revertir la situación con más corazón que cabeza, lo que la llevó a cometer excesivos errores no forzados. 6-3 para Safarova y merecida victoria para la checa.

Decepción pero aprendizaje para el futuro

Es un partido del que Garbiñe ha de extraer muchas enseñanzas; se ha podido comprobar cómo el viento no es un factor que beneficie su juego, y cómo una jugadora aguerrida de fondo de pista y con la potencia de piernas necesaria para jugar profundo, pueden hacerla mucho daño a largo plazo, provocando su precipitación por querer ganar rápido los puntos. Es el modelo de Radwanska, Wozniacki o Kerber; a las tres ya las consiguió ganar pero Safarova se encuentra un peldaño por encima en estos momentos.

Safarova se medirá a Ivanovic por un puesto en la final

Buen torneo en todo caso para la española, que ostenta un amplio margen de mejora y tendrá muchas más oportunidades de pasar los cuartos de final en algún Grand Slam. Si continúa trabajando con la misma ilusión, recogerá sus frutos pronto. Por su parte, Safarova se medirá a Ana Ivanovic, y su juego la convierte en favorita para alzarse con el título.

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Sobre el autor
Diego Jiménez Rubio
Fui Coordinador General de Más Deportes y Viajes, y miembro del Consejo de Dirección de VAVEL España. Me encanta comunicar mi pasión por el turismo y el deporte, y hacerlo con responsabilidad y profesionalidad.