Desde que el tenis es tenis, Wimbledon y Roland Garros, llevan enfrascados en una batalla por ser reconocidos como "el mejor torneo del mundo". La disputa es motivo de polarización entre los aficionados, que como si de un Real Madrid-Barcelona se tratase, defienden "su torneo" con ahinco. No faltan los motivos en cada uno de los bandos. Muchos otros "no nos mojamos", vemos esta duda como la de ¿A quién quieres más: Papá o Mamá?. 

Sin embargo, hace ya unos años que desde el All England Lawn Tennis & Croquet Club se han empeñado en despejar la incógnita y convertir a Wimbledon en el "torneo de torneos". Y lo han hecho, ni más ni menos, que a golpe de talonario.

Una remodelación necesaria

Wimbledon, The Championships, el templo del tenis y la tradición británica. El torneo del verde y púrpura, del blanco inmaculado en las vestimentas, de las fresas con nata, de los Miss. Mrs. El torneo de The Queue y de The Henman Hill.

En 2004, cuando los mandatarios del torneo manifestaron el proyecto de remodelación de las instalaciones, fueron muchos los que se llevaron las manos a la cabeza. Temieron por el fin de las tradiciones centenarias, la esencia que hace de Wimbledon un torneo diferente.

El proyecto, que finalizó en 2009, giraba en torno a la instalación de una cubierta retráctil sobre la pista central. El motivo no fue otro que En 2009 se jugó el primer partido bajo la nueva cubiertaacabar con los tediosos aplazamientos de partidos debido al particular clima británico, caracterizado por la frecuente lluvia, que ni en verano da una tregua. Desde entonces, ni un solo partido en la Central Court se ha visto aplazado por cuestiones metereológicas.

Se trata de una cubierta especial, que tarda entre 10 y 30 minutos en cerrarse y elaborada con un material traslúcido que permite el paso de la luz natural tan necesaria para el buen estado del césped.

Hoy, seis años después, podemos hablar de aquella polémica remodelación como de un absoluto e indudable acierto. Hasta los más puristas han terminado por acoger con los brazos abiertos el proyecto que un día demonizaron.

Volviendo a la comparación con el Major parisino, los mandatarios franceses parecen haber tomado nota y han elaborado un proyecto de remodelación. Sin embargo, los ecologistas van ganando la batalla a la Federación Francesa en los tribunales, por lo que las reformas tendrán que esperar.

Dos son los puntos por los que la reforma se perfila como de absoluta necesidad. En primer lugar, la escasez de aforo de unas pistas exteriores que se han "quedado pequeñas" para la masiva afluencia de público. Por otro lado, son varias las voces que desde hace años piden la instalación de luz artificial, al menos en las pistas principales.

La falta de luz natural a la llegada del ocaso, lleva en muchas ocasiones al indeseado aplazamiento de partidos, sin ir más lejos, hace una semana, la falta de luz fue protagonista en la semifinal entre Andy Murray y Novak Djokovic, disputada en dos días. No obstante, la particular configuración de la Philippe Chatrier, hace que desde el punto de vista arquitectónico la instalación de focos sea prácticmamente inviable.

Prize Money para dominarlos a todos

Con el público en el bolsillo, debido a la excelsa remodelación, los dirigentes del torneo londinense vieron la necesidad de afianzarse como el mejor torneo también entre los jugadores.

Y para ello no hay más que rascarse el bolsillo. En 2015, Wimbledon ha fijado como premios en metálico la friolera de 37,4 millones de euros, superando en un 30% al dinero otorgado por Roland Garros (28 millones de euros). El ganador y la ganadora del cuadro individual se embolsarán 2.563.000 euros, por los 1.800.000 que Stan Wawrinka y Serena Williams recibieron la semana pasada en París.

No hay duda de que Wimbledon apuesta fuerte por el Prize Money como valor diferencial con otros torneos, pues desde 2001 ha aumentado las dotaciones económicas en un 83%.

Wimbledon se configura así como el Grand Slam que mas dinero otorga, seguido por el US Open. Cierra la lista el Australian Open.

Premios en metálico de los Grand Slams (en €)

GRAND SLAM GANADOR/GANADORA CUADRO INDIVIDUAL CANTIDAD TOTAL EN PREMIOS
Wimbledon 2.563.000 37.400.000
US Open 2.699.229 33.900.000
Roland Garros 1.800.000 28.000.000
Australian Open 2.126.000 27.200.000

Es evidente que a nivel económico, Roland Garros no puede competir con Wimbledon. Pero, como dice el tópico, "hay cosas que el dinero no puede comprar".  No puede comprar ni la mágica atmósfera parisina, ni los inconfundibles gritos de "Allez" procedentes de la respetuosa grada. Tampoco está a la venta la majestuosidad de la Philippe Chatrier, ni la elegante silueta de la Suzanne Lenglen. La Plaza de los Mosqueteros es sagrada, y no entiende de Prize Money.

Roland Garros y Wimbledon, Wimbledon y Roland Garros, tan diferentes e iguales a la vez. Templos del tenis, escenarios de épicas batallas, como en su día lo fue el Coliseo Romano, se necesitan el uno al otro, pues sin Roland Garros, Wimbledon no sería Wimbledon y viceversa. 

Bien sea saboreando unas deliciosas fresas con nata en la Henman Hill o con un sombrero de paja en las gradas de la siempre acogedora Philippe Chatrier, el tenis se hace presente en el ambiente, se respira, puro como el aire de la montaña.

Hay preguntas que no tienen respuesta. Puede que no haya un "mejor torneo del mundo", pero lo que quizá si haya es un deporte que marca la diferencia con el resto. Y este deporte es el tenis. Un deporte cuya historia se escribe en la reluciente arcilla parisina y en el inmaculado césped británico. Una conjunción de tradición y magia que Roland Garros y Wimbledon representan a la perfección.