En la cúspide del tenis mundial desde hace años, habiendo sido la mejor jugadora del mundo por ránking, y asentada entre las diez mejores desde 2009, resulta chocante comprobar cómo el tenis variado de Wozniacki se diluye cuando llegan las grandes citas. El ansia por hacerlo bien y dejar atrás la maldición, lastran el juego de la danesa, que sigue sufriendo mucho con su drive y a la que no se la puede considerar favorita para el título.

Y es que una gran campeona se fragua en los grandes torneos, y ahí Wozniacki es una jugadora endeble, frágil mentalmente y sin argumentos tenísticos. No es casualidad que solo en el Us Open haya podido alcanzar la final. La hierba no favorece su juego, tal y como se pone de manifiesto con sus pírricos resultados en Wimbledon.

Temporada irregular

Wozniacki vaga por las pistas de todo el planeta sin pena ni gloria. Solo logró brillar en Kuala Lumpur, donde se proclamó campeona en un torneo de un perfil bajo, siendo su mejor rival Carina Withoef, número 81 del ránking WTA.

Rendimiento muy pobre en Melbourne y París

Recurrentes derrotas ante jugadoras de su nivel, como Venus Williams, Victoria Azarenka, Angelique Kerber, e incapaz de derrotar a las mejores, como Simona Halep o María Sharapova, colorean de gris el año 2015 de la danesa, que se torna aún más oscuro en los Grand Slams. Cayendo en segunda ronda tanto en Australia como en París, Wozniacki pone de manifiesto sus problemas para gestionar la presión que se cierne sobre ella y que se pone a sí misma por hacerlo bien.

La danesa decidió disputar un torneo previo a Wimbledon, como es el de Eastbourne, y experimentó una nueva decepción al tener que retirarse por una lesión en las costillas en su encuentro contra Belinda Bencic en semifinales, por lo que llega con ciertas dudas al All England Tennis Club.

Wimbledon, un obstáculo insuperable

Si hay un lugar donde sufre Wozniacki es en el torneo londinense. Sus golpes liftados pierden mordiente, y la velocidad a la que llega la bola hace aún más importante el gran agujero que tiene en su tenis: la derecha.

El drive continúa siendo su quebradero de cabeza

Y es que la danesa no logra corregir las múltiples deficiencias que ostenta con este golpe, lo que lastra mucho su juego. Las rivales lo saben y no dudan en atacarla por ahí, siendo sus ataques mucho más efectivos en hierba, ya que Wozniacki no es capaz de controlar el bote veloz de la pelota.

En 2014 cayó ante Zahlavova Strycova, en lo que supuso una gran decepción para ella y todo su equipo. Era la gran favorita en dicho partido, y desperdició una gran oportunidad de romper la barrera psicológica de los octavos de final.

Caroline Wozniacki en Wimbledon 2014. Foto: www.wimbledon.org

Más dudas que esperanzas

Los datos no son halagüeños, y menos aún lo son las sensaciones que traslucen de la temporada de la danesa. Totalmente estancada en esa delgada línea que separa las buenas jugadoras de las mejores, Wozniacki no logra dar el salto al segundo grupo.

Necesitada de un punto de inflexión en su carrera, buscará con ahínco un buen resultado en Londres que le dé confianza y rompa con el aura de perdedora que le acompaña en todo momento. La danesa ha de ser agresiva, intentar estar viva de piernas para golpear lo más delante posible con su drive y atacar con descaro con su revés.

Solo así podrá superar sus miedos; afrontándolos. Y no hay mejor manera de hacerlo que en la meca del tenis: Wimbledon.